Oaxaca, México.- “Dentro de mi corazón, les dijo Diego El Cigala a la multitud, que lo aplaudió, le lanzó vivas y le gritó “Te quiero Diego”, sobran palabras”. Una y otra vez el gitano flaco de cabellos negros como el traje que lució durante su presentación el pasado sábado 15 de octubre en la explanada de la Alhóndiga de Granaditas, alabó a la “bendita tierra que es México”. Diego El Cigala, quien ha dicho en muchas ocasiones que es un flamenco al que le gusta innovar, lo demostró con arreglos a la canción Vámonos, de José Alfredo Jiménez, e Inolvidable, de Armando Manzanero. Invitado al 39 Festival Internacional Cervantino, Diego fue recibido por una multitud que llenó la Alhóndiga desde una hora antes de lo anunciado en el programa. Con voz suave que parece un susurro y arreglos a músicas de otros países, el cantaor presentó el programa “Cigala & Tango” en el que mezcló el flamenco con el tango y reinterpreta piezas clásicas del género musical argentino. Acompañado por Jaime Calabuch al piano, Diego del Morao en la guitarra, Yelsy Heredia en el contrabajo, Sabú Porrina en percusión y Bernardo Parrilla en el violín, el cantaor madrileño interpretó temas clásicos como Los cuarenta de Roberto Grela, El día que me quieras de Carlos Gardel, así como creaciones contemporáneas como Garganta con arena de Cacho Castaña. Además, El Cigala dio al público una muestra de cómo la zamba puede sonar diferente con ritmo flamenco con Alfonsina y el mar, de Ariel Ramírez y Félix Luna, y la milonga Los hermanos de Atahualpa Yupanqui. Como respuesta a la multitud que le gritaba “Te quiero Diego” y le solicitaba piezas de su repertorio, el gitano respondía con frases como “México lindo y querido”, y regaló la tan anhelada pieza que pidió y luego coreó la multitud: Lágrimas negras. Cuando tenía 12 años de edad, Diego ganó el primer premio del Certamen Flamenco Joven de Getafe. En 1997 inició su carrera con el disco Undebel, producido por David Amaya. En 2001 lanzó Corren tiempos de alegría, álbum en el que colaboraron Bebo Valdés y Jerry González, el cual fue nominado al Grammy Latino como mejor disco flamenco del año. El trabajo en conjunto de El Cigala y Bebo Valdés animó a los músicos a grabar Lágrimas negras en el Gusman Theatre de Miami. De ahí, la prensa situó al pianista como clásico vivo de la música cubana y al cantaor como Sinatra el flamenco. En 2003, Lágrimas negras se instaló en la discografía preferida de miles de personas en todo el mundo. Reconocimientos como el Micrófono de Oro, 5 premios Amigo, 3 premios de la Música y, en especial, 2 Grammys y 5 nominaciones a los Grammys Latinos, fueron algunos de los galardones cosechados. Además, el disco estuvo en el top de ventas durante los siguientes años. En 2005 regresó el flamenco con Picasso en mis ojos, un homenaje al pintor malagueño, el cual fue disco de oro en España y Venezuela. En 2007 grabó Dos lágrimas, en el que participaron grandes músicos cubanos y españoles. Cigala & tango fue lanzado en 2010 reafirmando su presencia como un artista multifacético que busca enriquecer su particular visión del flamenco. Actualmente está en el proceso de investigación de canciones de José Alfredo Jiménez para grabarlas con su peculiar estilo.