David Colmenares Páramo*
Oaxaca, México.- Hasta el último momento Miguel Ángel Granados Chapa mostró su cariño por México y su anhelo porque algún día la podredumbre se aleje definitivamente de nuestro País. Fue un hombre admirable y tuve oportunidad de decírselo hace algunos meses, recordando los muchos encuentros que a lo largo de la vida tuve oportunidad de tener con él. Hoy sigo agradeciendo su apoyo generoso, cuando a principios de los años ochenta, siendo candidato a la Presidencia del Colegio Nacional de Economistas por primera vez, fui conminado a retirarme, porque si ganaba no tendría el apoyo del Gobierno de la República, por supuesto que no me retiré.
Últimamente nos encontramos varias veces en Parque Delta, en un restaurante de comida mexicana, donde siempre desayunaba con su periódico al lado. Coincidíamos porque con frecuencia también o voy sólo o con mi amigo Emilio Barriga. Muchas ocasiones tuve oportunidad de quedarme con él y tener amplias pláticas sobre el tema de sus columnas, como sucedió después de la que escribió sobre el incendio del Casino de Nuevo León o sobre la reforma Política y me escuchaba hablar sobre las finanzas públicas, los estados y los pasos atrás en la coordinación fiscal.
[caption id="attachment_132061" align="alignright" width="166" caption="Miguel Ángel Granados Chapa, periodista. Foto: Marco A.Cruz"]
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También nos apoyó como Manuel Buendía, Juan María Alponte y muchos otros, cuando creamos la Asociación de Periodistas y Economistas, que don Manuel decía que era como ponerles alas a los alacranes. Alguna vez me invitaron al Ateneo de Angangueo, cuando aún vivía Don Francisco Martínez de la Vega en casa de Ivan Restrepo y Margo Zu.
Tuve oportunidad de ser su colaborador en radio desde Oaxaca, así como en el gran Proyecto que fue Mira.
La lectura de sus análisis políticos ha sido indispensable para muchísimos lectores, dentro y fuera del País, análisis que tenemos que preservar. Sus dos últimas colaboraciones marcan un tema que será importante en el futuro de México.
También era un hombre que amaba la cultura. Alguna vez nos invitó a Blanche Petrich y a mí en La Habana al Rincón del Filing, un pequeño bar en una azotea, con poca luz, donde cantaba y tocaba un hombre ya maduro que daba luz al lugar: Cesar Portillo de la Luz, simplemente autor de Delirio y Contigo a la Distancia. La última vez que conversamos hablamos de la música de un gigante del jazz, el pianista cubano Gonzalo Rubalcaba.
Teníamos muchos amigos comunes como Armando Labra, Don Julio Scherer, David Márquez y Heladio Ramírez López, a quien siempre llamó “Hermano”.
También en esa última conversación, me platicó de dos libros en los que estaba trabajando: uno sobre Don Manuel Buendía que seguramente terminó, y otro sobre su propio trabajo. Quedamos de vernos dos o tres semanas, después de que terminara, sin embargo dejó de asistir al restaurante, supe que tuvo una recaída y dejo de publicar algunos días, hasta que regresó, con el triste desenlace que todos conocemos.
Además de un extraordinario periodista, Miguel Ángel fue un hombre honrado, lúcido y valiente, comprometido con sus convicciones y con las mejores causas de México. Qué bueno que se le dio en vida la Medalla Belisario Domínguez.
Fue un gran amigo de Oaxaca, los años en que Heladio fue Gobernador, siempre nos apoyó con sus reflexiones y puntos de vista sobre lo mejor para nuestro estado, después en sus columnas siempre nos dio luz sobre la realidad oaxaqueña, sobre sus grandes dramas y sobre la fuerza de los oaxaqueños para superarla.
Granados Chapa contribuyó por supuesto a la construcción de un sistema democrático, que a pesar de sus retrocesos, marca una mejor posibilidad para las futuras generaciones. Ahí está su participación como Consejero del IFE, en uno de sus mejores momentos, como señalaba recientemente Denisse Dresser.
El lunes en el Programa de Carmen Aristegui decía Lorenzo Meyer que “la muerte se lleva a los mejores y a los peores hombres, a estos últimos generalmente ni los registramos o sentimos una sensación de alivio, pero cuando se van los mejores, como Miguel Ángel, hay un vacío. Este se acercó a lo insustituible con sus muchos años de congruencia, los cuales no deben perderse”.
Seguramente ya está con Monsiváis, Don Manuel, Don Francisco y con Francisco Zarco.
*Consultor en temas de Hacienda Pública y Coordinación Fiscal. Ha sido Presidente del Colegio Nacional de Economistas.
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