Lilia TORRENTERA G. Oaxaca, México.-  Se le extraña y mucho, máxime por las comunidades que rodean su natal Ocotlán  de Morelos, en donde  su filantropía reconfortaba vidas ya sea con un donativo para una urgencia o  acciones  más grandes como enseñar a conservar el rico patrimonio cultural. Así era el día a día para el pintor Rodolfo Morales, creando pero también ayudando. Eso hace diez años, se termino. “El señor de de sueños”, fue el mote bien  ganado por Rodolfo Morales a lo largo de su vida, caracterizada por la generosidad y el genio artístico, cualidades que compartió con su amigo el también  pintor, Francisco Toledo en los últimos 20 años,  cuando la muerte le sorprendió el 30 de enero del 2001. Desde entonces, sus amigos, familiares y artistas, no han dejado un solo año, sin recordarlo, ya sea con explosiones, ya sea con  Altares de Muertos o con  proyectos a  través de la Fundación “Rodolfo Morales” , a pesar,  y hay que decirlo al latente riesgo de olvido de su vida y obra. Sin embargo, Rodolfo Morales  sigue vigente en el mundo del arte, pues sus obras son reconocidas y valoradas en museos nacionales como internacionales, incluso el metro Bellas Artes, es testigo de su obra plasmada  en el mural La visión de Francia en México” Sus colores y formas que dan vida a las fiestas populares de su Ocotlán, mujeres,  ángeles y campos  son alegorías permanentes en sus pinturas. Rodolfo Morales nació un  8 de mayo de 1925 y a los 23 años se traslado a la ciudad de México para estudiar  en forma la Escuela Nacional de Artes Plásticas de San Carlos también fue maestros de dibujo en la Escuela Preparatoria número 5 donde dejo  gran huella en sus alumnos y en su muros al dedicarle una gran mural. Morales fue reconocido ya como un un gran artista plástico, de México, luego de la exposición realizada en  “La Casa de las Campanas”, en Cuernavaca. Entre sus obras más destacada se encuentra “Sueños en el pueblo”, “El ángel azul”, “Mi corazón se asoma a la vida”, “Diálogo espera”, “Autorretrato”, “Raíces”, “Niña con bandera”, “Camino a la patria” y “¿Quién soy yo?” (1998), entre muchas otras, entre dibujos, collages, biombos y óleos. Fue su amiga y también artista Martha Mabel, la que dio cuenta en el libro biográfico El señor de los sueños,  sobre su vida y obra altruista de Rodolfo Morales, que este domingo, como era de esperarse, será recordado nada menos que por el flautista Horacio Franco  y el clavinedtista, Santiago Álvarez  en un gran concierto en el el ex convento de Santo Domingo en Ocotlán de Morelos.