Oaxaca, México.- Al moderar en el Centro Cultural Bella Época la presentación del libro
Amalia de Castillo Ledón: Mujer de letras, mujer de poder, Consuelo Sáizar, presidenta del Conaculta, destacó la importancia de las mujeres que han dejado una profunda huella en los cambios sociales de nuestra nación.
La titular del Conaculta acompañó a la autora, Gabriela Cano, en la mesa donde estuvieron presentes Sabina Berman, Cecilia Soto y Genaro Lozano, quienes recordaron la trayectoria de Amalia Castillo en la vida política y cultural del país, así como su activismo en pro de los movimientos feministas.
“Somos una generación que sigue viendo cómo las mujeres estrenan puestos en la vida pública del país, en 1961 Amalia de Castillo Ledón ocupaba la subsecretaría de Cultura de la Secretaría de Educación Pública”, dijo Consuelo Sáizar.
Recordó que al igual que esta mujer, muchas otras se han sumado a los cargos públicos de la nación a lo largo de las décadas, entre ellas María Lavalle y Alicia Arellano Tapia, quienes fueron en 1964 las primeras senadoras del Honorable Congreso de la Unión; así como María del Carmen Millán, quien en 1974 fue la primera mujer en ser miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua.
“En 1979, Griselda Álvarez fue la primera gobernadora de un estado, el de Colima; en 1981, Rosa Luz Alegría fue la primera secretaria de Estado; en 1988, María de los Ángeles Moreno fue la primera presidenta de la Cámara de Senadores, y en 2006, Josefina Vázquez Mota fue la primera secretaria de Educación Pública”.
Sabina Berman, aseguro que las mujeres siguen siendo las huérfanas y las desheredadas de la historia, aspecto que se reflejó durante muchas décadas en los libros de texto.
“Entre cientos y cientos de señores bigotudos, aparecen siempre en esos libros solo unas cuantas mujeres, Gabriela Cano ha denunciado con este volumen ese sexismo que existió durante mucho tiempo en nuestra historia patria”.
Mencionó que debido a que la mayoría de las mujeres vivieron durante años en la vida privada, no es de extrañar que hayan sido excluidas de la historia con “H” mayúscula.
“Me pregunto porqué no aparecen tantas mujeres en los libros históricos, pero sobre todo, porqué no aparecen en nuestra conciencia de género. A partir de 1968 México se volvió de colores y surgen grupos como el de las mujeres feministas que reclamaban la libertad”.
Recordó que temas como la despenalización del aborto, la libertad sexual y la no violencia contra su género fueron las demandas de esas mujeres que quemaron sus sostenes, iniciando la conquista de numerosos derechos.
“Figuras como Amalia de Castillo Ledón descubrieron la opción de hacer de su género su fuerza política, haciendo ver a otras mujeres sus necesidades comunes. Su gran mérito fue lograr que la agenda del feminismo formara parte de las políticas públicas”.
Genaro Lozano aseguró que Amalia de Castillo bien podría estar junto a esos hombres y mujeres que no han sido lo suficientemente valorados a través de las décadas y que, sin embargo, tuvieron una gran relación con personajes y movimientos de su tiempo.
“Amalia convivió con Salvador Novo, Xavier Villaurrutia, Gabriela Mistral, además de tener alianzas con otras feministas latinoamericanas como la dominicana Minerva Bernardino, para avanzar en la conquista de derechos”.
Y agregó: “Este libro hace una revisión histórica de suma importancia y presenta a las nuevas generaciones a una mujer que fue una de las más influyentes feministas mexicanas”.
Cecilia Soto recordó que siendo niña conoció a Amalia de Castillo cuando visitó su escuela como subsecretaria de cultura de la SEP, evocándola como una mujer alta, vestida de traje sastre y con el cabello recogido.
Hoy sabemos por Gabriela Soto el importante papel que tuvo doña Amalia en momentos clave de su tiempo, como la creación del Museo Nacional de Antropología. “Sin duda un gran retrato de la mayor activista de una política de Estado a favor de su género”.
Gabriela Cano agradeció al Conaculta y a la Dirección General de Publicaciones por la oportunidad para dar a conocer a un público más amplio la vida y obra de Amalia de Castillo Ledón.
Quiero agradecer también a las instituciones que me permitieron consultar en sus acervos miles y miles de documentos relacionados con la vida de esta mujer que se abrió camino en nuestra historia.
Y añadió: “Uno de mis propósitos con esta obra fue mostrar que sí existen documentos históricos que den cuenta de la vida de grandes mujeres como Amalia de Castillo Ledón. Las nuevas generaciones de historiadores deben saber que hay mucho material para rescatar pasajes fundamentales de nuestro pasado”.