Oaxaca, México.- En los once años que se ha realizado la Caravana de madres de migrantes, se ha logrado localizar a 60 personas desaparecidas gracias a las propias investigaciones que ellas han realizado, señaló a Cimacnoticias Marta Sánchez Soler, coordinadora de la caravana.
La también integrante del Movimiento Migrante Mesoamericano dijo que probablemente el número de personas localizadas es mayor, ya que “no siempre ha sido posible continuar el seguimiento de la investigación iniciada por las madres, algunas de ellas continúan en contacto directamente con las organizaciones o personas que les dieron alguna pista y no nos informan si encontraron o no a su familiar”.
Luego de que ayer concluyera en Tapachula, Chiapas, la caravana “Sigo tus Huellas con la Esperanza de Encontrarte” conformada por 33 madres centroamericanas -que durante las últimas dos semanas recorrieron el país en busca de sus familiares desaparecidos en México- una de estas mujeres encontró a su hijo.
Luego de siete años de “no tener noticia” acerca de cómo y dónde se encontraba su hijo, la hondureña Olivia Orellana halló a Osman Lizandro Mejía Orellana en el Centro de Readaptación Social (Cereso), ubicado en el municipio chiapaneco de Motozintla, informó en comunicado de prensa el Movimiento Migrante Mesoamericano.
A unas horas de que culminara el recorrido que las centroamericanas iniciaron el pasado 30 de octubre, la caravana visitó el Cereso y los guardias identificaron la fotografía de Osman Lizandro, quien fue recluido en Motozintla, en 2004, acusado de intento de homicidio.
La caravana -integrada por originarias de Honduras, Nicaragua y El Salvador- cerró con la demanda a las autoridades mexicanas para que colaboren en la búsqueda de sus hijas e hijos.
Mercedes Moreno es migrante. Vio por última vez a su hijo José Leonidas Moreno en 1989. “Yo ya vivía en Los Ángeles, California, fui a verlo a mi país, y dos años después él salió de El Salvador para alcanzarme en Estados Unidos”, relató a Cimacnoticias.
Sin embargo, José Leonidas nunca llegó a su destino. “El coyote le dijo a mi familia en El Salvador que dejó a mi hijo en un hotel en la Ciudad de México, para hacer la conexión con otro coyote y que cuando regresó él ya no estaba con el grupo de migrantes”.
Desde entonces, Mercedes sufre la incertidumbre de desconocer dónde y cómo está su hijo, ya que confía en que esté vivo. Con esa fe, pide al gobierno mexicano que aclaren las desapariciones de las personas migrantes en el país.
También demanda que frenen el “trato inhumano” que reciben las y los centroamericanos a manos del crimen organizado en complicidad con las policías y autoridades migratorias, ésta es una de las principales peticiones que realizó la caravana en una declaración final de su recorrido por Tabasco, Veracruz, Tamaulipas, Coahuila, San Luis Potosí, Querétaro, Estado de México, Distrito Federal, Oaxaca y Chiapas.
Durante su paso por la ruta del golfo, camino obligado para el tránsito de migrantes rumbo al vecino país del norte, las centroamericanas denunciaron el aumento de la violencia contra quienes cruzan el país, y la criminalización de las personas que sobreviven a estos delitos.
En la declaración final, sostienen que las violaciones de derechos humanos han empeorado “desde que las rutas migrantes están bajo el control de los grupos del crimen organizado, a quienes de facto se les ha cedido la gestión de la política migratoria México-Estados Unidos, cobran ‘derecho de piso’ y deciden quién entra o no entra a los Estados Unidos”, a través de extorsiones y secuestros.
Añaden que según datos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) la delincuencia organizada obtiene en promedio 2 mil 500 dólares por la liberación de cada migrante, monto que les representa un ingreso de 25 millones de dólares en seis meses.
Cabe recordar que según datos de la CNDH de septiembre de 2009 a febrero de 2010 se registraron más de 10 mil secuestros de migrantes en el país; esta cifra rebasó los 9 mil 780 registrados en el mismo semestre de 2008 a 2009.
La caravana Sigo tus Huellas con la Esperanza de Encontrarte, lamentó que las y los migrantes sobrevivientes de secuestro que denuncian este delito, son criminalizadas. Por ejemplo, en el reclusorio de Tenosique, Tabasco, se entrevistaron con 9 centroamericanos cumpliendo sentencias hasta de 45 años por secuestro.
Los “supuestos culpables” no contaron con asesoría de abogados, sus consulados no fueron notificados, tampoco les permitieron comunicarse con sus familias, y fueron coaccionados para firmar declaraciones que para ellos, eran incomprensibles.