Agencias
Oaxaca, México.- Entre 10 y 12 por ciento de la población mundial padece un estado depresivo mayor, y se estima que entre 15 y 18 por ciento registra estados depresivos en el transcurso de su vida, precisó Gerhard Heinze, jefe del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.
Al hablar sobre el Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra cada 10 de octubre, explicó que se estableció la fecha para disminuir la estigmatización de este tipo de enfermedades y lograr una mayor promoción y aceptación de estas afecciones. Es común la creencia de que las personas que las padecen no pueden ser productivas para la sociedad, y su recuperación es imposible.
Un problema más, asociado a esta situación, es que los responsables en salud pública suelen verlos con un pronóstico reservado, de ahí que traten de asignar menos recursos a ese campo en específico, acotó.
En la actualidad, expuso Heinze, hay tratamientos muy efectivos para el manejo, por ejemplo, de trastornos depresivos, que pueden ser tratados con medicamentos antidepresivos, asociados a diferentes técnicas psicoterapéuticas que favorecen una adecuada recuperación de un alto porcentaje de pacientes.
Índice de suicidio entre jóvenes
Por falta de conocimiento de la sintomatología, aunado a la negación de la posibilidad de sufrir algún tipo de padecimiento, los jóvenes de 15 a 25 años presentan una alta prevalencia de suicidios.
En muchas ocasiones no consultan a profesionales de la medicina. Después de que aparecieron los primeros signos y síntomas, tardan de tres a ocho años, o más, para consultar a un profesional de la salud mental, indicó.
Muchos de los padecimientos mentales, como ansiedad y depresión, pueden ser manejados en el ámbito de la atención primaria; el 60 por ciento de los pacientes consultan inicialmente al médico familiar o de primer contacto.
Heinze sugirió que, en la medida de lo posible, el país debe contar con una mayor asignación presupuestal para este campo, tener una legislación acorde a las necesidades de nuestro tiempo, así como establecer las normas para atender a los enfermos dentro del contexto de los hospitales generales.
Se necesitan campañas de sensibilización para los médicos no psiquiatras y la población en general, para que entiendan que estamos ante cualquier otra enfermedad, que cuenta con tratamientos específicos para obtener la recuperación. Hay que recordar que no hay salud física sin salud mental, concluyó.