Oaxaca, México.- No fumar es la mejor forma de prevenir la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), que depende del tabaquismo en más del 90 por ciento de los casos, advirtió José Rogelio Pérez Padilla, integrante del comité académico de la Maestría en Ciencias Médicas de la UNAM, y también director del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER).
Este padecimiento es la cuarta causa de muerte en el mundo y se origina por la obstrucción de los bronquios más delgados de los pulmones. “Eso impide respirar adecuadamente y hacer ejercicio, lo que limita a los enfermos, cada vez más”, añadió el médico neumólogo e internista.
Para que adquiera la EPOC, una persona no fumadora tiene que presentar una deficiencia genética en los mecanismos que nos defienden de los humos. “Pero, en general, solamente se registra en fumadores o en quienes se exponen a ellos, por ejemplo las mujeres que cocinan con leña en las zonas rurales”, precisó.
La obstrucción ocasiona un estado inflamatorio en los conductos tubulares de los pulmones, y al avanzar, se generaliza a otros órganos.
“Los enfermos comienzan a tener debilidad muscular, mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, no solo por haber fumado, sino que es un padecimiento inflamatorio que favorece el desarrollo de otros, como la ateroesclerosis y la osteoporosis”, ahondó Pérez Padilla. La EPOC es sistémica, con predominio pulmonar, pues conforme avanza afecta otros mecanismos.
Cicatrices y enfisema
Si está en la parte inicial, que es sólo inflamatoria, es potencialmente reversible. “Pero si dura mucho tiempo, como es habitual, cicatriza, y este proceso que se llama remodelación, ya no lo es”, señaló.
El otro cambio irreversible, es el enfisema pulmonar, destrucción de los alveólos, que también ocurre en la EPOC. Afecta primero a los bronquios y luego a los pulmones completos, y es progresivo. Se caracteriza por la obstrucción de las vías aéreas, que dificultan la respiración. Es secundario a una respuesta inflamatoria exagerada a partículas nocivas o gases como el tabaco y el humo de leña. Se traduce en una pérdida acelerada de la función esencial.
Diagnóstico con espirometría
En la mayoría de los casos, reconoció Pérez Padilla, el diagnóstico es tardío. “Si una persona comienza a fumar en la adolescencia, se manifiesta con los médicos, 30 años después. Este proceso gradual y lento complica que sea percibida por el paciente, quien se adapta a las circunstancias. Por ello, no es fácil que se acuda al médico de manera temprana”, señaló.
Pérez Padilla destacó que un examen adecuado para la detección es la espirometría, consistente en soplar con la mayor fuerza posible, dentro de una máquina para evaluar la capacidad respectiva.
También, dijo que lo más importante de este Día Mundial de la EPOC es enfatizar en la prevención. Implica dejar de fumar, esa es la herramienta más importante”, finalizó.