Con Antonio López de Santa Anna como presidente del país, el 12 de noviembre de 1853 Miguel Lerdo de Tejada, entonces oficial mayor del Ministerio de Fomento, publicó una convocatoria en la que se exhortaba a escribir un Himno Nacional. El documento establecía que se ofrecía un premio “a la mejor composición poética que pueda servir de letra a un canto verdaderamente patriótico”, y señalaba un plazo de veinte días para presentar el trabajo.
De entre 25 composiciones poéticas el jurado calificador, integrado por los intelectuales José Bernardo Couto, Manuel Carpio y José Joaquín Pesado, seleccionó la obra enviada por el poeta, orador y dramaturgo Francisco González Bocanegra.
El veredicto se dio a conocer en el Diario Oficial del 5 de febrero de 1854 “calificada de mayor mérito”. Fue así que González Bocanegra a la edad de 30 años mereció el reconocimiento.
Guadalupe Jiménez Codinach en su obra La guía del Himno Nacional Mexicano, señala que “compuesto por un coro y diez estrofas, el Himno Nacional fue creado en 1854, año en el que se celebró el XXV aniversario de un acontecimiento que llenaba a los mexicanos de la época de alegría y orgullo patrio”: la rendición del general español Isidro Barradas, derrotado por los generales Manuel Mier y Terán y Antonio López de Santa Anna el 11 de septiembre de 1829.
El Himno se escuchó por primera vez el 15 de septiembre de 1854 en el Gran Teatro de Santa Anna, mismo que acompasa, desde entonces, “el acontecer y sentir de los mexicanos tanto en los triunfos como en las derrotas, en la guerra como en la paz”, señala Guadalupe Jiménez Codinach.
Aquel día el Gran Teatro se encontraba repleto, un emocionado González Bocanegra dirigió las siguientes palabras: “Grande, sublime es el espectáculo de un pueblo que se reúne el día de la Patria para consagrar de nuevo una flor a la memoria de sus héroes, para regar con su llanto del agradecimiento los laureles que adornan las fuentes de los que dieran independencia y libertad”.
Una oda a la nación, producto de un encierro
Como poeta, González Bocanegra escribió poco y publicó mucho menos, porque sentía que su canto era algo muy propio e íntimo que debía reservar para su persona y para la mujer fuente de su inspiración: Guadalupe González del Pino (Pilli), novia y después esposa del dramaturgo.
Se dice que González Bocanegra no tenía la intención de concursar, argumentando que no era su estilo, que una cosa era escribir versos para la mujer amada y otra tener la inspiración para escribir un himno a la patria. Pero Guadalupe González tenía fe en la calidad poética de su novio.
La anécdota describe que Bocanegra se negaba a presentarse al certamen, a pesar de la insistencia de “Pilli” y sus amigos. Ella con un pretexto lo guió hasta un cuarto, que tenía todos los instrumentos que pudiera necesitar para componer, en la calle de Santa Clara (hoy Tacuba) número 6; lo encerró y no le abriría hasta que le pasara por debajo de la puerta la composición que iría al concurso.
A González Bocanegra le costó trabajo empezar a escribir su canto a la Patria. Repasó mentalmente todas las vicisitudes que había vivido México, los logros, los fracasos, los ideales, fue así que fluyó la inspiración y los versos para que después de cuatro horas de trabajo que dichos versos pasaron por debajo de la puerta cerrada a las manos de su fuente de inspiración Guadalupe González a quien además de deberle la inspiración también le debe su lugar en la historia de México.
Jiménez Codinach realizó la publicación La guía del Himno Nacional Mexicano en la que se describen las circunstancias históricas, sociales y artísticas en las que se creó el himno y el nacimiento del mismo que identifica a México en cualquier parte del mundo, basado en los materiales presentados en la exposición El canto a la patria 1854-2004 montada en septiembre de 2004 en el Museo Nacional de Historia, con motivo del centenario del Himno Nacional de México.
En dicha publicación se apunta que las circunstancias por las que atravesaba México influyeron en la sensibilidad de sus escritores y que ante las falsas afirmaciones que el Himno Nacional fue creado por extranjeros se recalca que al menos González Bocanegra nació el San Luis Potosí. Su madre fue Francisca Bocanegra y Villapando, originaria de Real de Minas de Pinos, Zacatecas, hermana de un ex presidente de la República, José María Bocanegra, e hijo de José María González Yáñez, originario de Cádiz, España.
Aun cuando sus apariciones no fueron muy numerosas, Bocanegra fue más conocido ante el público como orador y declamador, cuya última aparición fue el 21 de noviembre de 1855 en la ceremonia de distribución de premios del Colegio de San Juan de Letrán.
González Bocanegra nació el 8 de enero de 1824, de niño sufrió la pena del destierro de su familia a consecuencia de la Ley de Expulsión de Españoles en 1827. Al regresar a México ingresó a la Academia de San Juan de Letrán y en el Liceo Hidalgo, centros de reunión de los más eminentes literatos de aquel entonces.
Falleció a la edad de 37 años el 11 de abril de 1861, a causa de una epidemia de tifo y fue sepultado en el panteón de San Fernando, después sus restos en 1942, junto con los de Jaime Nunó, creador de la música del Himno Nacional; fueron trasladados a la Rotonda de los Hombres Ilustres.
Para conocer más sobre la historia del Himno Nacional Mexicano, sus creadores, significado, estrofas y circunstancias, se puede consultar La guía del Himno Nacional Mexicano, de Guadalupe Jiménez Codinach, editado bajo el sello de Artes de México y el Mundo, 2007.
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