Oaxaca, México.- Luego de más de una década de estrecha relación con habitantes de Teotitlán del Valle, en Oaxaca, y en respuesta a la solicitud de esa comunidad zapoteca, el Museo Nacional de Antropología (MNA) donará este sábado una emblemática escultura contemporánea del “Danzante de la pluma”, que se incorporará al acervo del museo comunitario de dicha localidad.
Se trata de la réplica exacta de una obra de la escultora Carmen Carrillo de Antúnez (1900-1981), creada en 1945, cuyo personaje “inmortalizado” en bronce corresponde a don Evaristo Martínez Martínez, danzante oriundo de Teotitlán, que regresará a su lugar de origen luego de casi setenta años.
De acuerdo con Alejandro González Villarruel, subdirector de Etnografía del MNA, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), “es la primera vez que este recinto dona una pieza a un museo comunitario. Con esta entrega comienza un nuevo tipo de intercambio y compromiso con las comunidades indígenas para la pervivencia de su cultura”.
Víctor Sosa Mendoza, presidente municipal de Teotitlán del Valle, manifestó que “la donación de la escultura representa un reconocimiento a la riqueza cultural de nuestro pueblo, una de las 16 regiones originarias de Oaxaca, y cuyos orígenes se remontan al siglo XV. La pieza rememora a los danzantes de la pluma, quienes la ejecutan dignamente durante tres años, producto de una promesa a la Virgen María”.
La Danza de la Pluma es una representación artística que relata los pasajes de la Conquista, se ejecuta en varias comunidades de los Valles Centrales de Oaxaca, como Zaachila y Cuilapan, sin embargo, en cada sitio tiene variantes, por ejemplo en Teotitlán, los indígenas no son derrotados, por el contrario, ellos vencen a los españoles.
En 2010, el MNA creó el programa permanente
Fiesta, música y cantos de los pueblos indígenas en el Museo Nacional de Antropología, para generar nuevas formas de difusión del patrimonio cultural inmaterial de México, con ello se invitó a diversas etnias del país para que mostrarán sus fiestas representativas; a la fecha se han dado cita: popolucas y nahuas (Veracruz), zapotecos de Juchitán y Teotitlán (Oaxaca), mayas (Yucatán), y yumanos (Baja California).
Para este 2012, se ha dado continuidad a esta iniciativa, pero ahora con la modalidad de que el MNA acuda al corazón de los pueblos; se pensó en Teotitlán por la estrecha relación con la comunidad, debido a que el etnólogo Efraín Cortés, curador de la Sala Los Pueblos Indios del Sur de México, ha colaborado en varias ocasiones con el museo oaxaqueño.
“Como parte de ese intercambio, los indígenas ayudaron a reconstruir la ambientación de una casa de Teotitlán del Valle en el Museo Nacional de Antropología, proceso en el que colaboraron con los materiales y técnicas tradicionales empleadas en la región. En esa intervención los zapotecos conocieron parte del acervo etnográfico del museo y se encontraron con la escultura del danzante, cuyo personaje reconocieron a primera vista”, explicó el antropólogo González Villarruel.
Desde ese momento, dijo, hicieron la solicitud de la donación de la pieza; posteriormente, un grupo de danzantes de la pluma y la banda sinfónica de Teotitlán fueron invitados a participar en la inauguración de la exposición
Alas del mundo indígena (mayo 2011) en el MNA, ocasión en la que la escultura fue presentada nuevamente al público. En ese evento confirmaron su deseo de que el danzante regresara a su lugar de origen. A partir de ello se pensó en realizar una réplica para donarla a dicha comunidad zapoteca.
La escultura del danzante fue creada en 1945 por la artista Carmen Antúnez; la primera fue hecha para engalanar la Fuente de las Siete Regiones, en la ciudad de Oaxaca, y a partir de dicha obra la escultora hizo varias copias, una de ellas se resguarda desde hace casi 50 años en el Museo Nacional de Antropología.
“Evaristo Martínez prestó su cuerpo y cara para que Antúnez creara la pieza de tamaño natural (1.60 m), y que alcanza los 2.5 m con el representativo penacho. La talla es de yeso con alma de varillas de hierro, el acabado de la superficie es de bronce.
“La escultura representa el movimiento de la danza, tiene un pie levantado y en las manos porta los elementos tradicionales: en la derecha sujeta una sonaja y en la izquierda un pequeño escudo con los colores de la bandera de México”, explicó Alejandro González Villarruel.
En 1963 —añadió—, cuando se inauguró el Museo Nacional de Antropología, los creadores de la Sala de Oaxaca determinaron la importancia de que la talla se integrara a esta sección, y ahí permaneció más de 30 años; cuando se hizo la reestructuración de 1999, todos los objetos se movieron a la bodega. Para hacer la réplica fue necesario restaurar la obra original, misma que en breve se exhibirá nuevamente en la Sala Los Pueblos Indios del Sur de México.
En ese sentido, Alejandra Corona Cadena, responsable de la restauración de la escultura, detalló que “entre las problemáticas que tenía, eran faltantes estructurales y de elementos como las manos y plumas del tocado, la superficie del penacho estaba abrasionada y erosionada; además la talla tenía acumulación de suciedad y sales —generadas por el yeso— que afectaron el acabado de bronce”.
La atención del “Danzante de la pluma” comenzó con la eliminación de suciedad y de las sales de la superficie, posteriormente, se estabilizaron las partes porosas y pulverulentas, y se unieron las partes separadas, siguiendo su forma original, abundó la restauradora.
“Ya estabilizada —continuó— se resanaron y repusieron elementos faltantes, para ello se utilizó una pasta de resane compatible con los materiales originales, pero que permitiera diferenciar su composición. Finalmente, se igualó el acabado de la superficie con una base metálica y luego se asemejó la pátina que presenta el bronce.
“Dicha intervención —que duró alrededor de cuatro meses— se realizó a finales de 2009 y principios de 2010, en las instalaciones de la Subdirección de Etnografía del MNA”, puntualizó la especialista de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM).
La entrega de la pieza tendrá lugar este sábado 8 de septiembre, a las 12:00 horas en la Plaza Principal de Teotitlán, fecha que coincide con la fiesta a la Natividad de la Virgen María. El acto será presidido por autoridades locales, el Comité del Museo Comunitario de Teotitlán del Valle, y representantes del Museo Nacional de Antropología; celebración en la que se ejecutará la tradicional Danza de la Pluma, con el acompañamiento de la banda sinfónica.
Teotitlán del Valle se ubica en la región de los Valles Centrales y pertenece al distrito de Tlacolula, a 31 kilómetros al Este de la ciudad de Oaxaca.