Oaxaca, México.- Convocados por la Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca y el CONACULTA, gestores, promotores culturales y maestros indígenas, recibieron capacitación sobre cómo identificar que las niñas, niños y adolescentes “son ciudadanos del presente y no del futuro” y, que desde ahora, son sujetos pensantes que tienen mucho que aportar a la sociedad.
Procedentes de diversas regiones del estado, los participantes en el taller quienes trabajan directamente con grupos de infantes y adolescentes conocieron teorías, técnicas y dinámicas que les permitirán erradicar actitudes “idílicas” y “almibaradas” en el trato hacia ellos, así como la forma de abordarlos como ciudadanos que pueden participar en la construcción social de sus realidades, como co-creadores de cultura.
Durante una semana, en las instalaciones del Centro de las Artes de San Agustín, instructoras del Programa Nacional “Alas y Raíces”, avanzaron en la certificación de alrededor de 40 promotores culturales.
El Programa que antes se encargaba de capacitar a los infantes sólo en el desarrollo de técnicas artísticas, ahora los propone como exploradores del mundo, de los lenguajes para que vivan como sujetos creadores.
Entrevistadas en un receso del taller, Karina Regalado, promotora de la Secretaría de Asuntos Indígenas, manifestó que en la institución promueven los derechos indígenas y afromestizos de Oaxaca; dentro de sus propuestas para una Iniciativa de Ley, el sector infantil es importante, dado que más de la mitad de la niñez en el estado, son niños indígenas.
“El curso de Alas y Raíces, nos sensibiliza para estar conscientes que desde este momento ellos toman decisiones que les benefician directamente, y mediante juegos nos dan sus propuestas y sus valores identitarios que los adultos debemos rescatar”.
A su vez, Irma Díaz, coordinadora de grupos de danza y directora de una banda infantil en Tlahuitoltepec, consideró que el curso ayuda de forma teórica y práctica para fundamentar sus trabajos y dirigirse hacia ellos de otra manera. “Las dinámicas del taller permiten saber cómo acercarse a ellos y evitar querer actuar como ellos, fingiendo la voz como niños. Se busca que nosotros tomemos el rol como adultos”.
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