Así lo señaló Gilles Lipovetsky, filósofo francés invitado a dictar la primera conferencia de las Jornadas Nuevos Modelos para la Distribución del Cine y el Audiovisual, que organiza Conaculta-cine, a través del Imcine, en el Teatro de las Artes, del Centro Nacional de las Artes, del 22 al 24 de marzo.
La primera jornada se tituló “Diagnóstico global: nuevos paradigmas en el consumo del cine y el audiovisual”, en la que Lipovetsky mantuvo una charla con Raúl Trejo Delarbre, investigador de la UNAM, quien planteó diversos escenarios acerca de la adaptación de los mercados de distribución al contexto actual.
En correspondencia, Lipovetsky recordó que esta relación entre la tecnología y los contenidos de las películas es un paradigma que ha existido siempre en el mundo del cine, pero la diferencia es que nunca se había contado con un desarrollo tan avanzado como el actual.
Dijo que se puede establecer un paralelismo entre la época contemporánea y el momento en que surgió un recurso como las cintas VHS, o incluso algo más antiguo como los proyectos de 35 milímetros caseros. En ese momento se dijo que la gente ya no asistiría a las salas de cine.
Pero la historia nos ha enseñado –señaló el también escritor galo-, que el gusto estético por asistir a una sala de proyección no se ha perdido. Por el contrario, evolucionó a niveles muy complejos, pues hoy contamos tanto con salas VIP, que ofrecen la mayor comodidad posible, así como las proyecciones en 3D y pronto, con 4D.
Así que estamos en el momento de que el cine se ha convertido en el espectáculo para masas más buscado porque nos hace imaginar, vivir y conocer otros mundos, con una experiencia estética que estimula todos nuestros sentidos pero que siempre busca contar relatos y emociones. Éste es el que se perpetúa, el que veremos en el futuro.
El cine experimental es un caso aparte, porque busca cuestionar y adentrarse en experiencias estéticas distintas. Con el documental como una propuesta un tanto distinta porque su desarrollo ha tomado otros caminos, estéticos desde luego y que sigue buscando compartir con el público emociones y al mismo tiempo cuestionar lo que ocurre en la sociedad.
Lipovetsky consideró que en este momento los creadores deben conservar o prolongar las propuestas más interesantes que le han dado forma al cine a lo largo de los años, por ejemplo, hacer lo mismo que Orson Wells, pero ir más allá de lo que creó. Es decir, que las imágenes sigan siendo el modo en que los seres humanos contamos nuestras historias, en que compartimos emociones.
Acerca del caso de la televisión, señaló que en la actualidad existen capítulos que cuestan hasta cuatro millones de dólares, que es el presupuesto máximo de una película en Francia; además, los escritores más importantes participan en esas producciones. Estoy seguro de que Honorato de Balzac se dedicaría a hacer argumentos para telenovelas o para series como Dr. House.
Esa es la nueva tendencia, que no podemos dejar de tomar en cuenta –puntualizó el especialista-, pero tengo fe de que como en otras épocas, ocurra lo mismo. Es decir, que la experiencia estética y emocional de ir al cine no se pierda, pues si uno ve en su smartphone una película, es muy difícil que se obtenga una experiencia equiparable al de ver una película en una sala de proyección.
Así que, abundó Lipovetsky, la pendiente hacia el entretenimiento se dirige hacia los caminos que marca la tecnología, en los que la televisión y los medios portátiles de comunicación, resultado del desarrollo de la tecnología, están al alcance de cada vez más personas.
“Pero la experiencia estética, hoy en día, no deja de ser la misma, a pesar de las separaciones que esas herramientas imponen. Desde mi punto de vista, los contenidos son y seguirán siendo lo más importante en una producción fílmica o audiovisual, incluso para hablar de filosofía.
“Porque cuando publiqué un libro sobre el tema, decidí invitar a tres top model a la presentación y fue todo un éxito… claro, todo mundo estaba interesado en esa bellas mujeres, y de pasada se enteraron de que había escrito un libro sobre filosofía, pero para mí fue un experimento interesante sobre la relación entre el contenido y la forma en que se presenta.
“¿Cómo se deben adaptar los medios de promoción y distribución de los materiales audiovisuales? Es lo que estamos por ver, pues incluso la gente y las autoridades, organizan jornadas como esta, en las que se invita a un especialista a hablar sobre el tema con la esperanza de encontrar una respuesta, entonces lo interesante es busca provocar el cambio, que es cultural y se puede desarrollar por mucho tiempo”.
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