Citlali LÓPEZ/CIMAC
Oaxaca, México.- ntegrantes del Movimiento Unificador de Lucha Triqui-Independiente (MULT-I) reinstalaron su campamento en el zócalo de esta capital estatal, ante la falta de condiciones de seguridad para retornar al municipio autónomo de San Juan Copala.
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El pasado 26 de enero las y los indígenas triquis decidieron emprender el retorno a esa comunidad, tras 14 meses de plantón frente al Palacio de Gobierno del estado. La marcha caravana sólo llegó a la localidad de Yosoyuxi, donde se integró otra mesa de negociación para acordar el ingreso a Copala.
El planteamiento era el regreso de cinco familias cada ocho días y la entrada sin armas o algún tipo de seguridad, para evitar la injerencia de personas ajenas a la comunidad que pudieran agravar aún más el conflicto.
Sin embargo el MULT-I, encabezado por Reyna Martínez Flores y Marcos Albino Ramírez, rechazó las condiciones establecidas por el Movimiento Unificador de Lucha Triqui (MULT).
Las y los desplazados exigían que el regreso fuera en grupos de 25 familias, pero al no lograrlo rompieron las negociaciones que horas antes habían formalizado con el gobernador Gabino Cué.
Finalmente el pasado viernes –después de cuatro días de camino–, las y los indígenas reinstalaron su campamento en el zócalo capitalino con la consigna de no levantarse hasta conseguir “el regreso sin condicionamientos”.
“Esta movilización es para exigir justicia en San Juan Copala y para que haya un retorno sin condiciones y un retorno serio; es para recuperar nuestras casas y nuestras tierras”, señaló Reyna Martínez, portavoz de las mujeres del MULT-I.
El contingente de autoexiliados de San Juan Copala está integrado por 110 familias, de las cuales 135 personas cuentan con medidas cautelares por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
En tanto, luego de lograr la liberación de sus compañeros detenidos durante el desalojo a un bloqueo vial la semana pasada en esta ciudad, los integrantes de la Unidad de Bienestar Social de la Región Triqui (Ubisort) levantaron su campamento y regresaron a su comunidad con la promesa del gobierno estatal de integrarlos a las mesas de trabajo para pacificar la zona.