Anayeli García Martínez/CIMAC
Oaxaca, México.- Regular la vida interna de los institutos y agrupaciones políticas a través de una Ley Federal de Partidos beneficiaría la trasparencia y la rendición de cuentas, evitaría “compadrazgos y amiguismos”, pero sobre todo impulsaría la participación política de las mujeres, sostiene Cecilia Tapia Mayans.
La ex aspirante a consejera electoral del Instituto Federal Electoral (IFE) y experta en género afirma que es hora de que en México se abra el debate sobre una Ley Federal de Partidos, como un mecanismo para regular las prácticas partidistas y favorecer la igualdad entre mujeres y hombres que aspiran a un cargo de elección popular.
En entrevista con Cimacnoticias, la asesora de Iniciativa SUMA Democracia es Igualdad e integrante de la red Mujeres en Plural destaca que varios países de America Latina y Europa cuentan con una ley similar, para regular y dar cauce a las inconformidades al interior de los partidos por la manera en que se procesan las decisiones.
La experta en democracia explica que actualmente no hay mecanismos de rendición de cuentas ni de transparencia en los institutos políticos, por lo que es necesario establecer una regulación en la que una autoridad externa supervise y acompañe los procesos partidistas, tales como el cumplimiento de la cuota de género.
La idea de una normatividad en la materia surgió en noviembre de 2011 cuando el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación emitió una sentencia para obligar a los partidos a postular al menos 40 por ciento de candidatas en el proceso electoral 2012.
Los líderes partidistas dudaron sobre cómo cumplir con la cuota de género establecida en el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe), por lo que recurrieron a los “compadrazgos” y el pago de facturas a la hora de seleccionar a las y los candidatos que competirían en los comicios.
En ese entonces, los representantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Sebastian Lerdo de Tejada, y del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Camerino Márquez, ante el IFE, externaron su preocupación para cumplir con la cuota de género y coincidieron en que se debía abrir un debate sobre una Ley Federal de Partidos.
A decir de Cecilia Tapia, una ley de este tipo regularía el actuar de los institutos políticos: “Si bien los partidos tienen autonomía para regular su vida interna, entraría una autoridad calificada y con atribuciones legales a verificar y supervisar que las reglas que ellos acordaron las estén llevando de manera correcta”.
En el tema de género, la experta destaca que esta norma vigilaría los procesos de elección de candidaturas para evitar que los abanderados se eligieran a través de los llamados “procesos democráticos internos”, mismos que hoy se dan en la opacidad, toda vez que se hacen con convenciones de delgados que no se sabe a quién representan..
Tapia Mayans explica que es primordial que la autoridad judicial no tenga que intervenir para que los partidos cumplan los compromisos que tienen en su norma interna y en sus estatutos, reglas en las que en la mayoría de casos hablan de un porcentaje mínimo de mujeres en las postulaciones.
“No es un tema de improviso, aunque no se ha presentado como una iniciativa formal, sí se ve este vacío. (La propuesta) podría ayudar a que se abone al avance de las mujeres”, subraya.
Agrega que hoy que el Congreso está conformado por más de un tercio de mujeres, ellas deben negociar y cabildear para evidenciar que los partidos no están siendo suficientemente críticos, y subsanar las irregularidades en las que cayeron en los últimos años.
“Han gozado de privilegios, pero no quieren aceptar que tienen muy mala imagen ante el electorado y eso genera que haya poca participación, y por tanto buscan figuras que les jalen votos. Se han vuelto partidos cómodos en los que las ofertas políticas se basan más en la persona que en lo que realmente dicen las plataformas y los estatutos”, observa.
Tapia Mayans afirma que es momento de que los institutos partidistas asuman su responsabilidad ante la sociedad y sus militantes y adherentes, porque hasta ahora son la vía para que las y los ciudadanos accedan al poder.