Guadalupe CRUZ J./CIMAC
Oaxaca, México.- Los programas federales para atender la salud sexual y reproductiva de la población adolescente están “desarticulados”, por lo que se “complica” la prevención de los embarazos no planeados en ese grupo de edad, advirtió la directora de la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud), Patricia Uribe.
La ex directora del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva (CNEGSR) indicó que la fragmentación de los programas para adolescentes en instancias de la Secretaría de Salud (Ss) como el CNEGSR, el Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia, y el Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/Sida (Censida), representa un obstáculo para reducir la fecundidad entre las adolescentes.
La ex funcionaria federal participó el panel “Promoción de los derechos sexuales y reproductivos de las personas jóvenes de Latinoamérica”, como parte de la Quinta Conferencia Latinoamericana y la Cuarta Conferencia Interamericana de Promoción de la Salud y Educación para la Salud, que concluyeron hoy.
Uribe criticó que los programas federales en salud sexual y reproductiva para las y los adolescentes no contemplan las causas sociales de los embarazos tempranos, como la falta de acceso a la educación.
“No conozco un ejemplo de un programa basado en determinantes sociales que realmente esté operando”, subrayó la directora de Funsalud.
Por ello insistió en que debe haber coordinación al interior de la Ss, pero también con otras dependencias como la Secretaría de Educación Pública (SEP), a fin de mejorar en la creación y aplicación de políticas públicas para adolescentes.
“Hay que visibilizar los esfuerzos realizados y establecer coordinación interna, definiendo competencias, pues si seguimos trabajando de manera desarticulada va a ser complicado (prevenir los embarazos en adolescentes)”, recalcó Patricia Uribe.
PROBLEMÁTICA QUE NO CEDE
Según cálculos del CNEGSR, de los dos millones de nacimientos que ocurren en México cada año, 480 mil corresponden a mujeres entre 14 y 19 años de edad. Se estima que el 60 por ciento de los embarazos en adolescentes no fueron planeados.
Igualmente, la fecundidad en las adolescentes impacta en su salud, ya que la mortalidad por causas maternas es mayor en “edades extremas” (las más jóvenes y las más longevas).
De acuerdo con Patricia Uribe, la fecundidad adolescente genera la pérdida de más de 300 por ciento del Producto Interno Bruto per cápita por cada embarazo temprano en América Latina, toda vez que las jóvenes al abandonar sus estudios tienen menos posibilidades de acceder a empleos remunerados y con prestaciones, lo que a su vez impacta en la productividad económica de los países.
En entrevista posterior a su intervención en el panel, Uribe señaló que se debe vigilar el cumplimiento de México respecto a la Declaración Ministerial Prevenir con Educación, que firmó durante la Conferencia Internacional de Sida realizada en nuestro país en 2008, ya que la educación sexual y la educación en general posibilitan a las adolescentes la creación de un proyecto de vida para elegir cuándo ser madres.
La especialista mencionó que sigue pendiente la propuesta del CNEGSR presentada a la Ss, para que los métodos anticonceptivos se adquieran de forma concentrada desde la Federación, y así evitar que el abasto en los estados dependa de la voluntad de las secretarías de Salud locales.
“Decidir cuántos hijos y en qué momento tenerlos es un derecho constitucional, que para su cumplimiento debe garantizarse la disponibilidad de métodos anticonceptivos desde la adolescencia hasta la última etapa de la edad reproductiva”, enfatizó.
Al participar en el panel, la directora de Ipas México, Raffaela Schiavon, indicó que el 13 por ciento de las muertes maternas que ocurrieron en 2009 fueron de adolescentes.
La también presidenta del Comité por una Maternidad sin Riesgos añadió que los padecimientos maternos se ubican como la cuarta causa de muerte entre las menores de edad, sólo después de las causas violentas como accidentes y suicidios, y antes que cualquier enfermedad.
Schiavon alertó que una de cada tres adolescentes que es hospitalizada ingresa por causas maternas.