Ciudadania Express
Jueves 09 de febrero, 2012. 07:43 pm

Develan aporte fotográfíco de Eligio Zárate

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Oaaxaca, México.- Con una serie de imáges del siglo XIX y una detallada investigación de una de las vertientes de la fotografía vernácula, la historiadora y museógrafa Alejandra Mora Velasco presentó su libro “Vendedor de ilusiones, Eligio Zárate: fotografía y modernidad en San Pablo Huitzo, Etla, Oaxaca. 1940-1960”, el cual forma parte de la colección Testimonios de Archivo editado por el Conaculta, INAH y el Sistema Nacional de Fonotecas (SINAFO). Montadas en lienzo, con retoques en tinta china, acuarelas sepia o azul, los retratos de los primeros fotógrafos que con destreza y habilidad realizaban  fotomontajes valiéndose de los medios existentes en esos tiempos para satisfacer a su clientela y simular la realidad como la representación de una boda que nunca se realizó, son parte de las historias de una época en que este oficio dejó para herencia familiar imágenes que aún se conservan en lugares especiales dentro de las casas. Primero en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) y posteriormente en la población de San Pablo Huitzo, la también directora fundadora del Museo de Filatelia (MUFI), acompañada de las historiadoras Karen Cordero, Eloísa Uribe, Mayra Mendoza detalló como en todas las épocas la humanidad se ha obsesionado con las imágenes que representen su figura, su cuerpo, su busto o su rostro y satisfacer así su incansable búsqueda de trascendencia física y espiritual. Es el perpetuarnos a través del retrato y la ilusión que crea, dijo. Explicó que en las diferentes secciones de su libro, el cual inició como una investigación de tesis y terminó en un proyecto de vida que le permitió adentrarse en la trayectoria de don Eligio Zárate en la década de los 60´s, se narran los antecedentes del retrato pictórico popular, las amplificaciones en tela con el arte de los maestros retocadores y el oficio de un vendedor de retratos y fotógrafo ambulante. Don Eligio, agente ambulante, visitaba los hogares ofreciendo distintos artículos, entre ellos los lienzos o amplificaciones en tela y las fotoesculturas. Con su muestrario bajo el brazo sugería acabados en acuarela, sepia y tinta, con imágenes de las estrellas del momento como María Félix, que servían de gancho para vender ya que la gente, además de sus fotos familiares, pedía las de sus ídolos de cine para admirarlos en su hogar. En un mundo antes del photoshop, la fotografía digital y la cámara instamatic, da la pauta para entender que tan rápidamente los cambios tecnológicos y sociales pasan de ser novedad a antigüedad, resaltó la historiadora al hacer referencia que hoy en día son posibles las fotografías de las novias en el Vaticano o Palacio de Buckingham y de primeras comuniones y bautizos en donde los niños aparecen en los brazos de Jesucristo o el Papa.  Es una época que terminó para dar paso a otra, como sucedió en el tiempo en que la fotografía desplazó a la pintura, agregó. Durante sus intervenciones, la comentaristas destacaron que ahora en que ha concluido una etapa más de la fotografía con el cierre de la centenaria marca Kodak, el libro de Alejandra Mora permiten acceder y contar con una documentación minuciosa del mundo del retrato cada vez más distante de nuestra realidad cotidiana pero que a la vez lo reinserta con  vitalidad y nos permite convivir con los personajes, sus vidas, identificarnos con ellos y permitir que ellos a la vez nos ayuden a cuestionar la imagen en nuestro momento actual. La imagen vernácula que encontramos en la casa de los abuelos son testimonios de imágenes ligadas al deseo de ser visto y un oficio que lo convertía en realidad, resaltaron las historiadoras
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