Ciudadania Express
Viernes 21 de diciembre, 2012. 07:34 pm

El fin ¿del mundo o de las esperanzas de cambio?

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Fortino TORRENTERA O Oaxaca. México.- Muchos creyeron que este viernes 21 de diciembre se acabaría el mundo, los otros se mofaron o simplemente ignoraron las interpretaciones de las profecías que daban a esta fecha como crucial para la existencia humana, pero habría que preguntarse ¿Qué pasaría si realmente hubiera pasado una catástrofe?, simplemente hubiéramos cambiado, pero como no, todo sigue igual. Fueron cinco visiones proféticas las que coincidieron en la fecha señalada, la de los indios Hoppe, la de Nostradamus, el Li Ching, la biblia, pero a quien se le indilga màs la interpretación en a los mayas, con base a la estela localizada en Petén, Guatemala en la que se establecen las “siete profecías”.   Precisamente la Séptima Profecía establece el momento en que en su giro (de 625 años) el sistema solar saldrá de la noche y entrará en el amanecer de la nueva La Galaxia (después del 21 de diciembre del 2012). Nos asegura que será una Galaxia en que la luz emitida en su centro, va a sincronizar a todos los seres vivientes. El cambio de energía cósmica nos permitirá aceptar una completa transformación interna, cambiar nuestras limitaciones y talvez hasta aprender a comunicarnos por medio del pensamiento. Y agrega: “Muchos podrán encontrar su estado de paz y elevar su energía, cuando hayan aprendido a destruir el miedo, a comprenderse y a amarse los unos a los otros. De acuerdo con las Profecías Mayas, el mundo no va a terminar para aquellas personas que acepten el cambio del nuevo ciclo cósmico”. Nada que ver con una hecatombe. También los indios Hoppe hablan de la llegada de un cuatro jinete, como los del apocalipsis que se localiza al final del texto de la biblia, vendrían en estas fechas; en tanto el Li Ching estima que se acerca un cambio en toda la humanidad; en tanto Michael de Nostradamus, el profeta más divulgado en el mundo, quien en sus escritos ubica a esta época como el acercamiento del fin del planeta. Independientemente de las interpretaciones, la humanidad tuvo la oportunidad de plantearse un cambio a fondo ante inminentes riesgos que la ciencia contempla y estos son, en primer lugar, una Emisión de Masa Coronaria (EMC) debido a que en los últimos 20 años el sol ha incrementado sus emanaciones radiales. Sumado a ello, se espera que a en breve la tierra cambie sus polos magnéticos, movimiento natural del planeta, de los que se ha detectado una debilitamiento en su campo de fuerza; no obstante nuestra única protección contra las EMC, por lo que si ocurrieran ambos fenómenos al mismo tiempo, las consecuencias para la vida humana sería evidentes. De registrarse una EMC teniendo los polos tal como están, solo afectaría si fuera una emisión muy potente que logre rebasar la magnetósfera (acción de los polos magnéticos sobre la tierra), lo que provocaría un daño severo a todos los aparatos electromagnéticos; en tanto si se invirtiera la polaridad magnética, generaría muchos problemas en las telecomunicaciones y sistemas electrónicos. Otro de los riesgos es un macrosismo superior a los 10 grados en la escala de Richter, el cual se tiene contemplado ante el deterioro del globo terráqueo;  además del riesgo latente que se suscite un sismo de menor grado que afecte la composición de la capa subterránea y que se encuentre cerca de algún punto volcánico crítico, lo que desencadenaría. Es precisamente una erupción de gran escala, otro de los factores de riesgo del planeta, considerando que se han ubicado tres megavolcanes, uno de ellos y el de mayor riesgo, en el Yellowstone. Aunque no se tienen datos científicos que den una aproximación de la posibilidad de que ocurran estos eventos, para todos los casos, un agente determinante en sus consecuencias, es el cambio climático, del cual el hombre es responsable; el hombre el animal que más ha depredado a la naturaleza. Al margen de las interpretaciones proféticas, parece que la humanidad amanecerá este 22 de diciembre felices, pues no pasó nada, sin la intención de cambiar nada, de no tener conciencia de cuanto hemos dañado a la Gaia, a la madre tierra. Solo queda una reflexión: ¿Qué hubiéramos hecho si hubiese ocurrido alguna tragedia mundial? Sin duda nos hubiera cambiado la vida a todos, entonces para tener esperanzas de cambio, como en muchas otras ocasiones ¿Hay que esperar que la muerte nos toque para cambiar?.
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