Oaxaca, México.- Los invitados a comentar la aparición del libro
Felipe Cazals. 4 guiones para cine, coincidieron en señalar que la obra es un compendio de imágenes, emociones y de buena parte de la historia de México, con una reflexión crítica que se concretó en las películas
Su alteza serenísima, Las vueltas del citrillo, Chicogrande y el documental
Digna… hasta el último aliento.
Conaculta informa sobre esta presentación, realizada como parte de las actividades de la XXXIII edición de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.
El libro es editado por la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), por lo que estará disponible en las librerías de sus facultades y del Centro Cultural Universitario.
Participaron en la presentación los escritores Vicente Leñero y Gerardo de la Torre, quienes han colaborado con el cineasta en diversas películas; así como los críticos de cine Leonardo García Tsao, Javier González Rubio y Fernanda Solórzano.
La estructura del libro, diseñada por Nayeli Garci-Crespo, de la Filmoteca de la UNAM, contiene un comentario para cada uno de los guiones de las películas incluidas, que fueron escritos por el propio Leñero, Tsao, Solórzano y José Woldenberg.
Vicente Leñero, quien en el libro preparó el prólogo para
Su alteza serenísima, ubicó su comentario en el año de 1992, cuando Cazals dijo después de filmar
Kino, en medio de grandes problemas y obstáculos burocráticos, que ya estaba harto y no haría una película más.
“Desde luego que al principio, sus amigos y conocidos pensamos que se trataba de un comentario surgido del carácter abrupto de cineasta, pero al poco tiempo confirmamos que su decisión eran real; para mí fue una gran sorpresa, pues Cazals, junto con Jorge Fons y Arturo Ripstein conforman la tercia de directores más sobresaliente de su generación, que irrumpió en los 60 en una industria fílmica cercada por los viejos realizadores.
"Cinco años después, cuando asimiló el kinazo y se aplacó su noble ‘muina’, Felipe hizo varios intentos conmigo para regresar a lo suyo. Estaba entero, tenía apenas 60 años y un gran oficio de cineasta, adquirido a punta de películas maestras, como
Canoa, El apando y
Los motivos de luz. Estaba de regreso y los guiones que hoy aparecen publicados, son constancia de esas capacidades".
El escritor consideró que Cazals además regresó a los foros con una nueva tarea: escribir los guiones para sus películas, algo que había dejado a un lado durante sus etapas previas de producción fílmica, en las que contó con la colaboración de Tomás Pérez Turrent, José Agustín, Xavier Robles, Gerardo de la Torre, así como el propio Vicente Leñero.
"Fue en el año 2000 cuando emergió este director-escritor con la película Su alteza serenísima, para continuar luego –mencionó los títulos en orden cronológico-, con
Digna Ochoa... hasta el último aliento, Las vueltas del Citrillo y
Chicogrande, obras con las hizo posible el cine de autor, apelativo que sólo merece cabalmente el director que escribe los guiones de sus propias películas".
Su alteza serenísima, destacó Leñero, representa el regreso triunfal de un cineasta que alcanza su plena madurez y que las tres películas siguientes lo reafirman.
Mientras que los guiones ahora publicados, dan cuenta de la cercanía que logra entretejer Cazals entre cine y escritura, “a pesar de que él mismo niegue que los primeros sean obras literarias, pero eso, una vez más, proviene de su carácter abrupto”.
García Tsao es el autor del comentario correspondiente a
Las vueltas del Citrillo; en su intervención, señaló que esa cinta, junto con las otras dos de carácter histórico, rescatan un lenguaje en desuso, pero que refleja la riqueza que poseía.
“Con la posibilidad de leer los guiones de las películas, tenemos como espectadores la posibilidad de conocer la manera en que Cazals desarrolla tanto la historia escrita como el filme en sí, dos lenguajes distintos que se complementan en manos del realizador, que consideró demuestra una franca evolución en sus capacidades narrativas.
“Desde luego que para los cinéfilos, esta obra constituye una invitación permanente para acudir inmediatamente después de leerlos a ver la película que más atraiga en el momento.
“Algo que además permite, si se quiere, es analizar cada parte de los dos trabajos y seguir disfrutando de la obra de este cineasta, que siempre ha visto la miseria sin celebrarla, por lo que sus guiones y películas, representan una gran lección de cómo se debe hacer cine".