Oaxaca, México.- Finalizaron las actividades del fotógrafo español, Alberto García-Alix, junto con su curador Nicolás Combarro en Oaxaca, que incluyó la presentación de la exposición
Un horizonte falso en el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo (CFMAB)
Además de la exhibición del video del artista visual,
De donde no se vuelve en el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO), un taller de procesos de creación proyecto fotográfico en el Centro de las Artes de San Agustín (CaSa) y una residencia de producción artística.
Con el propósito de regresar la impronta de su mirada a Oaxaca.
García-Alix donará, una vez impresa en Madrid, una de sus fotografías, tomadas durantes su residencia de producción, al acervo José F. Gómez del Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, así como la totalidad de sus libros al Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca.
Una parte de estas fotografías fueron capturadas durante su taller, que tuvo cerca de 90 solicitudes, y que incluyó finalmente a 20 estudiantes de todo México.
La exposición
Un horizonte falso continuará en el CFMAB hasta el 6 de mayo. Acompañando la muestra, el video
De donde no se vuelve, es proyectado en el MACO, iniciando cada hora, de las 11:00 horas hasta las 19:00 horas.
Para Nicolás Combarro, curador de la muestra, el video es "una propuesta de nueva creación mediante la cual García-Alix realiza un viaje entre el presente y el pasado de su obra y por tanto de su propia biografía. Un viaje a la memoria, un “monólogo infinito" mediante el cual nos muestra su lado mas íntimo y poético. El eje del proyecto se fundamenta en la obra audiovisual del mismo nombre. García-Alix a través de su propia voz, reflexiona desde un presente subjetivo sobre su pasado y el de la fotografía."
El Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo trabajó cercanamente con una división de la empresa IEASA para iluminar las fotografías de manera adecuada.
Para la exposición el CFMAB se convirtió en el primer museo en Oaxaca en utilizar tecnología Led o "diodos emisores de luz". A diferencia de las luces de alógeno, los leds tienen una vida de 50,000 horas o, tomando en cuenta los horarios de las galerías del Centro: hasta 17 años.
Esta tecnología, que reduce el consumo de electricidad hasta en un 70 por ciento ha ganado aceptación en museos alrededor del mundo.
El Museo del Louvre ilumina a la Mona Lisa de Leonardo da Vinci con iluminación Led, por el hecho de no emitir luces ultravioleta que dañarían los colores originales de la pintura.