Ciudadania Express
Viernes 02 de noviembre, 2012. 02:48 pm

José Emilio Pacheco en voz de Glantz, Villoro y Pitol

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Lilia TORRENTERA G. Oaxaca, México.-  El teatro Macedonio Alcalá abarrotado de asiduos jóvenes,  pareció que fue lo que más emocionó a José Emilio Pacheco y que tuvo como endulzante, las palabras en su honor prodigaron  tres de sus entrañables amigos, Margo Glantz, Sergio Pitol y Juan Villoro. Primero , perdido entre la penumbra del palco acompañado por su inseparable Cristina Pacheco, el Premio Cervantes de Literatura, llenaba la vista con la multitud que llegó puntual el magno homenaje organizado por la Feria Internacional del Libro de Oaxaca 2012 (FILO) Después de disfrutar su llegada a Oaxaca  envuelto en  el humor, olor, sabor y tradición de los Fieles Difuntos que hicieron su gozo, sus grandes lentes, dejaban ver la curiosidad por la velada que le esperaba Primero, el acto protocolario con un presídium grande y los discursos necesarios. Pero fue el documental realizado por Luna Maran, el que quitó la rigidez del evento y resaltó a todo lo que puede dar una pantalla, la grandeza del escritor mexicano que a sus 73 años mantiene el buen humor y el manejo de las letras a placer. Dibujo, fotografía, música y efectos especiales mezclados con el arte de la  cineasta oaxaqueña, fue el primer regalo que el director de la FILO 2012 , Guillermo Quijas-Corzo entregó a quien durante los próximos días inundará con sus letras a la Verde Antequera. El segundo obsequio que recibió José Emilio Pacheco, la noche del viernes 1 de noviembre,  fue la inolvidable reunión  con  Margo Glantz, Juan Villoro y Sergio Pitol a si como de Quijas Corzo, a quienes, con un aplomo de humildad, escuchó  atentamente las palabras escritas o improvisadas para resaltar su contribución al quehacer literario de México. Guillermo Quijas: Este año, la FILO ha querido homenajear a José Emilio Pacheco. Polígrafo, quien nos ha brindado textos  indispensables para el presente literario universal. Poeta, cuentista, novelista, ensayista, traductor. Pero sobre todo un autor leído y querido por todos, en especialmente por los jóvenes, que  adoptan su obras como banderas o bien como puntos de referencia para conocer los avatares de un pasado que se nos escapan  constantemente, Su extensa  y entrañable  obra literaria, se extiende por todas las disciplinas y se ramifica en temáticas y obsesiones  que tienen un punto de confluencia  en las transformaciones  que la realidad  experimenta, ya sea ante nuestros ojos o por los desvaríos del ser humano. La obra de José Emilio Pacheco, resulta entrañable por múltiples razones, pero hay una que la vuelve universal: La sencillez cómo ha abordado  la escritura de cada página. Enemigo de la retorica,  entusiasta de la conservación, amante de la literatura. El autor destrona las líneas que separan la cultura popular de la alta cultura. Parte de la vida a ras de piso y la eleva al terreno de los símbolos. Resulta fácil sentirse identificado con sus personajes;  hablan nuestro idioma y comparten  nuestras preocupaciones, son como nosotros, Los conflictos que aborda, nos tocan a todos.   Margo Glantz: En su obra,  Aproximaciones, José Emilio Pacheco exhibe otras de sus pasiones máximas: la traducción. Mejor dicho, la interpretación o versión de de los poemas que lo han forman o han constituido un canon. Esa fase de su obra, abarca como de costumbre,  un vastísimo reportorio de grandes poetas de varias nacionalidades y lenguas. Sus poesías y las distintas versiones que de otros poetas ha hecho,  han sido corregidas incesantemente, a grado de que ha cada reimpresión de sus textos, los editores se enfrentan con  un nuevo libro. Las malas lenguas me han contado que una de las versiones que José Emilio Pacheco ha corregido es la de Los  Cuartetos de Elliot. Me aseguran que cuando parezca en su nueva versión será necesario traducirla al inglés porque habrá superado al poeta estadounidense.   Juan Villoro: Mi generación se educó con las traducciones de José Emilio Pacheco, a quien le debo versiones de infinidad de escritores. También le debemos las extraordinarias reflexiones que ha ejercido en su infinita e inagotable columna Inventario, son muchos los autores que ahí descubrimos, pero además lo que puede establecer Pacheco entre muy diversas zonas del conocimiento”. JEP. Como firma su columna Inventario,  entendió que la cultura no sólo tenía que ver con las zonas altas del conocimiento también con las formas de representación y las emociones que cautivan la imaginación de la gente. Autorizó a mi generación a que lo popular formara parte de la escritura, ya que se trata de un autor que involucró numerosas zonas de la cultura popular a la literatura, el cuento, la poesía y la novela. Sergio Pitol en voz de Roberto Culebro:  Abrir, tarde o temprano, el volumen que recoge toda la obra  poética de  José Emilio Pacheco y de tener la vista al azar en alguna de sus páginas, nos revelará una de sus mayores obsesiones. El testimonio entre un instante divino y lo que  ocurre en su entorno. Enfrentar la historia privada a  aun en sus detalles más minúsculos a la gran historia, turbia y aterradora casi siempre. Los 54 años que han seguido a la primera publicación de Pacheco, La sangre de Medusa,  son el desarrollo y madurez de un humanista a la manera clásica, porque el escritor ha cultivado felizmente todos lo géneros literarios, frecuentado otras literaturas y otras disciplinas. Desde que lo que conozco, me ha impresionado su instinto y su  capacidad para encontrar conexiones en los diferentes campos del saber y las distintas franjas de la historia. Como los hombres del Renacimiento, intuyó muy pronto que la sabiduría  consiste en integrar todo en todo; lo grandioso con lo minúsculo, el hermetismo con la gracia,  lo público con el sigilo.      
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