Oaxaca, México.- La abundante etapa como compositor de Carlos Chávez parece no haber sido lo suficientemente difundida. En ocasión del aniversario luctuoso 34 del autor, Conaculta lo recuerda a través de los comentarios de la maestra Gloria Carmona, quien desarrolla un proyecto de recopilación de los manuscritos del autor, en el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical (CENIDIM).

En los años 20 del siglo XX, Carlos Antonio de Padua Chávez y Ramírez (13 de junio de 1899, 2 de agosto de 1978), entró en contacto con los compositores Aaron Copland y Edgard Varèse, quienes lo llevaron a conocer a los rebeldes musicales de la época, experiencia que marcó sus trabajos futuros como autor de otras vanguardistas y al poco tiempo, nacionalistas.

Carmona resaltó en ese sentido que sus orígenes como compositor son muy variados. Por ello es posible establecer dos momentos en su producción, uno corresponde a la vanguardia, fruto de su relación con los autores mencionados, y otro considerado como nacionalista, en el que al igual que Manuel M. Ponce, inició haciendo arreglos de música mexicana.

“Pero al mismo tiempo –dijo Carmona-, estuvo escribiendo obras un poco al estilo de los impresionistas franceses, al estilo de Debussy y Ravel, sobre todo del primero, además de los posteriores como Milló o Poulenc; mientras que su fase totalmente nacionalista, la inauguró con la Sinfonía india.

“De este trabajo y de esta obra en particular, es muy interesante que toda la obra es de él, pues sólo en la segunda parte incluyó dos o tres temas que tiene origen indígena, que son muy bellas y a partir de las cuales construye un segundo movimiento. Otra obra de este tipo es una alegoría sobre lo que pudo haber sido la música indígena en otros siglos”.

La pieza mencionada por Carmona se llama Xochipilli, que es una pieza muy breve, “pero muy bella, en verdad es una joya y es parte del trabajo que desarrollo con mi investigación en el CENIDIM sobre los manuscritos del maestro Chávez; abarco incluso hasta el siglo XX, pues hay muchas obras que no se conocen ni se sabe si han sido interpretadas.

“Entre ellas figuran los ballets Los cuatro soles, El fuego nuevo y Pirámide, los tres de corte indígena, pero es de resaltar que en la tercera obra mencionada, incluyó en la dotación instrumentista cinta electrónica, magnética, lo cual le imprime un toque muy particular a la pieza; todo eso está en manuscrito, por lo que me parece importante realizar este trabajo”.

Parte del desarrollo del proyecto de Carmona es la realización de un catálogo de toda la obra manuscrita del autor, el cual se sumará al ya existente hecho por Rodolfo Halffter, compositor español nacionalizado mexicano, para de esa manera poner a disposición de intérpretes, investigadores y especialistas, todo el acervo del compositor.

En otro sentido, la investigadora puso énfasis en aclarar un mal entendido histórico, pues por esa labor con la Orquesta Sinfónica de México, “siempre se ha dicho que fue un dictador y que acaparó la dirección de esa orquesta.

“Pero no fue así, es sólo una interpretación equivocada al respecto. Cuando el candidato presidencial Miguel Alemán estuvo en campaña, él tomó la decisión de acercarse a los intelectuales y músicos de la época, entre los cuales desde luego estaba incluido Chávez, con quien platicó, entre otras cosas, sobre el proyecto de la Orquesta”.

Cabe recordar que los conciertos de la Sinfónica de México siempre fueron bien recibidos los políticos y era constante su presencia en los conciertos que ofrecía; “al enterarse Alemán de las dificultades económicas de la Orquesta, y una vez que fue electo presidente, tomó la iniciativa de apoyarla.

“Fue así como nació la Orquesta Sinfónica Nacional, cuyo primer director fue José Pablo Moncayo, en un acto que pone en evidencia la visión positiva de Chávez respecto a este proyecto. De esta manera, comenzó para él otra etapa, relacionada con la educación y el impulso de las artes, a través del INBA, organismo que incluyó a las otras artes, como el teatro y la danza”.

Autodidacta ante todo, Chávez nunca intentó convertirse en discípulo de otro compositor, por lo que estableció como método de trabajo realizar análisis particulares de las obras de los compositores clásicos, sin que esto significara dejar los estudios formales, los cuales concluyó en el Conservatorio Nacional, donde se diplomó en composición.

“Así que estamos frente a la obra de un compositor magnífico, con una obra grande en todos los sentidos, en número y calidad, por lo que estoy segura de que será muy interesante abrir la posibilidad de contar con la mayor cantidad de detalles sobre su producción y así lograr que sea interpretada su música”, concluyó Carmona.