Oaxaca, México.- El pintor de paisajes musicales, el virtuoso de las notas donde radica el espíritu de Liszt, el artista que abre ventanas a través de un océano de notas cósmicas, todas frases y adjetivos con las que ha sido descrito el pianista Lang Lang, quien con su música se apoderó la noche del 1 de junio del Palacio de Bellas Artes.
Con una transmisión simultanea proyectada afuera del coloso de mármol, nadie se quedó sin disfrutar del que es considerado uno de los músicos más importantes del panorama contemporáneo
Lang Lang fue recibido por una ovación por el público que llenó la Sala Principal de Bellas Artes y obsequió la ejecución de tres joyas de gran exigencia técnica y que el artista ha hecho famosas dentro de su repertorio y a través de su discografía.
La noche inició con la obra de Frederic Chopin,
12 Estudios Op.25 en do menor, pieza conocida como “la gran seductora” y que a lo largo de más de un siglo ha sido interpretada en los mejores escenarios del mundo.
Lang Lang mostró en su ejecución el brillo de esta obra compuesta entre 1835 y 1837 y considerada el último gran estudio de Chopin identificado como Opus.
El público celebró su destreza y pasión para dar lustre a pasajes como
Océano,
Pastorcillo y
Viento invernal, entre otras.
El concierto continuó con la pieza
Romance, de Franz Liszt, basada en la canción O pourquoi donc, escrita en 1844 e incluida en uno de los discos más famosos de Lang Lang:
Liszt My Piano Hero.
El artista mostró porqué es considerado uno de los principales interpretes de Liszt alrededor del mundo, añadiendo la cadencia con que apoya los movimientos de los brazos y las manos al momento de acentuar los pasajes más representativos de la obra.
Finalmente, Lang Lang obsequió la interpretación de
Liebestraum núm. 3, considerado el nocturno más famoso de la legendaria triada creada por Franz Liszt y que el compositor escribió en la bemol mayor para darle un realce especial.
La pieza, dividida por tres movimientos que incluyen allegro, acordes lentos y arpegios, fue ejecutada por el pianista con gran destreza.
Originalmente los tres
Sueños de amor de esta gran obra de Liszt fueron pensados como canciones, pues el compositor era admirador de los poemas de Ludwig Uhland y Ferdinand Freiligrath, no obstante, Lang Lang mostró su amplio conocimiento de esta obra de la que incluso existen versiones a cuatro manos y para voz soprano.
“Lang Lang hizo cantar al piano”, dijo un melómano del público al final de este concierto que añadió un histórico recuerdo más a las resonancias universales de la música contenidas en el Palacio de Bellas Artes.