La muestra, abierta en el marco de los 110 años del natalicio del legendario fotógrafo meicano, fue definida por Teresa Vicencio, directora del INBA, como una oportunidad para que el público, sobre todo los jóvenes, descubra la evolución de uno de los creadores más notables de la cultura mexicana.
"El maestro Álvarez Bravo regresa por sexta ocasión al Museo del Palacio de Bellas Artes para permitirnos sumergir en la personalidad cultural de su obra, donde lo cotidiano se sublima y se transforma en algo que en realidad siempre estuvo ahí, y que nos descubre también al que Diego Rivera llamó el fotopoeta".
La titular del INBA estuvo acompañada por Colette Urbajtel, esposa del fotógrafo; el curador Horacio Fernández; Itzel Vargas, directora del Museo del Palacio de Bellas Artes; Elías Sacal, director de Amigos del Museo del Palacio de Bellas Artes, y Aurelia Álvarez, hija de Manuel Álvarez Bravo.
Teresa Vicencio recordó una entrevista concedida hace 40 años por el fotógrafo a la escritora Elena Poniatowska, donde afirmó que su contacto con la pintura mural mexicana tuvo una influencia determinante en su trabajo.
"Precisamente en este espacio de exposiciones de Bellas Artes, rodeados de grandes murales, nos sumergiremos en la personalidad cultural de Álvarez Bravo y nos haremos testigos presenciales de todas esas cosas que lo hacían vibrar, todas esas influencias que se mezclaban y a veces se contradecían, pero que siempre tenían como resultado un trabajo de belleza impecable".
Itzel Vargas, dijo que esta muestra trae nuevas facetas de Manuel Álvarez Bravo, mostrando el contexto en el que realizó su trabajo, en un México con afán de modernización.
"Él afirmaba que toda fotografía es como una frase que expresa algo, pero sólo de manera parcial, por ello en esta muestra descubriremos piezas raras pocas veces mostradas, acercándonos al universo de imágenes que construyó a través de los años".
Por su parte, Aurelia Álvarez dijo que esta muestra permite acercar a las personas de manera inédita y amena con la obra de su padre, creando un punto de vista novedoso, abarcando nuevos terrenos.
"El encanto de la penumbra del cuarto oscuro permanece en la obra de mi padre, mostrando algunas de las fotos de esta muestra sus diversas técnicas, además de sus intereses por expresiones como la literatura, el cine y la música, estamos muy orgullosos de compartir con todos esta muestra".
Durante el recorrido inaugural, el curador español Horacio Fernández mencionó que fue en la galería Posada donde en 1932 se inaugura la primera exposición individual de Manuel Álvarez Bravo.
Entre las fotografías que integran la exposición se encuentran Tumba florecida, Mar de lágrimas, Enterramiento en Metepec, Sepulcro traspasado, Retrato póstumo, Escala de escalas, Día de todos los muertos, Fábula del perro y la nube, Los agachados, Sed pública, Recuerdos de Atzompan, Retrato ausente, Homenaje a Calixto y Melibea. También destacan Parábola óptica, Roca cubierta de liquen, El soñador, Cruce de Chalma, Otro barrio, Árbol nuevo y El espíritu de las personas.
En la Sala 3 del Palacio de Bellas Artes, el público puede disfrutar de los catálogos y carteles de diversas exposiciones del fotógrafo alrededor del mundo, así como publicaciones de su obra en revistas internacionales como Darkroom, Photovision, Time, Kunstmagazin, Kaleidoskop, Foto Zoom, Performance y Creative Camera, asi como The british Journal of photography.
La exposición Manuel Álvarez Bravo, una biografía cultural se presentará hasta febrero de 2013 en el Palacio de Bellas Artes.