Oaxaca, México.- Los órganos llegaron a México en los primeros barcos españoles, al darse cuenta los conquistadores que la música era un arma muy importante en la evangelización de los indígenas, “porque una oración cantada se memoriza más fácilmente que algo hablado”, consideró Cecilia Winter, directora del Instituto de Órganos Históricos de Oaxaca (IOHIO). Durante la conferencia que ofreció este fin de semana para hablar de las investigaciones realizadas por la asociación que tiene a su cargo, Winter detalló que los primeros órganos que arribaron a la Mixteca eran procesionales, es decir instrumentos pequeños colocados sobre mesas que se podían llevar de un lado a otro con facilidad, sobre todo en capillas abiertas y tocarlos en las procesiones. “Y sabemos que hay dos concentraciones importantes de estos órganos, que fue en la Mixteca y en el Valle de Oaxaca”. Actualmente, el IOHIO cuenta con documentación que legitima la presencia de órganos muy antiguos, tal es el caso de Santa Catarina Tejupan –hoy Santiago Tejupan-, que será visitado este lunes durante el último día de actividades del Noveno Festival de Órgano y Música Antigua de Oaxaca. Sobre este órgano existe un libro de cuentas, donde se asienta la compra de una caja de tubos por una cantidad considerable, las anotaciones están escritas en una mezcla de español y náhuatl. Sobre las consideraciones que el IOHIO toma en cuenta para proteger y restaurar un órgano, Winter dijo que se pondera su valor histórico, su estado de conservación, la voluntad del pueblo y su interés en el instrumento, así como la seguridad de que el órgano se tocará después de su restauración. “Aunque en Oaxaca es lamentable la ausencia de más músicos interesados en tocar los órganos históricos”, señaló la también pianista. La especialista acotó que durante el auge de estos instrumentos, su uso fue común para acompañar la liturgia, y era cotidiano que dentro los gastos de un templo se contemplaran los salarios de un organista y un cantor, además de quien maniobraba los fuelles del órgano. Pero al permitirse por parte del Vaticano, el uso de otros instrumentos como la guitarra, el órgano tubular cayó en desuso. “En Oaxaca se dejaron de usar en la década de los 70 del siglo pasado”. En ese contexto, algunos participantes sugirieron que se reactive en Oaxaca, el uso del órgano histórico para acompañar las misas y ceremonias religiosas como las bodas. A lo cual Winter asentó, que eso dependería de los sacerdotes y su interés por apoyar esta propuesta. Mientras tanto, cada vez hay más público oaxaqueño que se acerca a la música de órgano histórico, a través de recitales que organiza periódicamente el IOHIO. El ciclo de recitales del Noveno Festival de Órgano y Música Antigua concluye este domingo 19 de febrero, con un magno concierto en el templo de en San Jerónimo Tlacochahuaya en punto de las 17 horas. La encargada de dar sonido a uno de los órganos barrocos más bellos del mundo, será la organista brasileña Elisa Freixo. El costo de acceso al recital es de 120 pesos. Para consultar sobre las labores que realiza el IOHIO puedes accesar la página de Internet www.iohio.org.mx.