Oaxaca, México.- La gran importancia de la obra de Manuel Álvarez Bravo en la cultura mexicana, opina la especialista Laura González, radica en que legó un cúmulo de imágenes y códigos visuales que de forma arquetípica se han integrado a nuestra identidad y se recatan con cada nueva generación. Después de haber participado en la serie de mesas redondas organizadas como parte de la exposición del trabajo de Álvarez Bravo titulada Fotopoesía, que se exhibe hasta el 26 de febrero en el Instituto Moreira Salles de Río de Janeiro, Laura González se alista para realizar la curaduría de una muestra sobre el fotógrafo mexicano que se presentará en París en octubre próximo, en el Museo Jeu de Paume. “Es muy importante que a 110 años del nacimiento de Manuel Álvarez Bravo y a una década de su fallecimiento, se revalore su obra. Fotopoesía es una muestra muy ambiciosa que bajo la curaduría de Sergio Burgi ha tenido  gran aceptación en Brasil. Queremos alcanzar ese mismo nivel de excelencia en la muestra de Francia en la que compartiré el trabajo curatorial con Gerardo Mosquera”. Mencionó que en esta nueva muestra, cuyo título aún no está definido, se realizará una selección del material desde una lectura interpretativa de más de 150 obras de Manuel Álvarez Bravo. “Básicamente queremos invitar a la reflexión de cómo este fotógrafo mexicano fue construyendo a través de 70 años de trabajo un lenguaje propio, siguiendo unas pocas líneas iconográficas de trabajo. Nuestra exposición será en eso diferente a otras, porque compartirá con el público el modo como este maestro se apoyaba en diversos recursos visuales”. González mencionó que la mejor manera de describir y entender todos los elementos que rodean la obra de Manuel Álvarez Bravo es en términos lingüísticos. “Si la trasladáramos al lenguaje verbal, podríamos hablar de sintaxis, es decir, cómo a través de la fotografía construía gramaticalmente sus frases, esa es la perspectiva que estamos utilizando en la curaduría de la exposición de Francia, y creo que es interesante, porque a diez años de la muerte de Álvarez Bravo debemos recordar por qué es un artista único”. Mencionó que este creador no sólo influyó de manera importante en la fotografía mexicana, sino en la internacional, siendo durante mucho tiempo el único exponente de esta expresión conocido en el extranjero. Mencionó que con amigos tan importantes como Cartier Bresson y Paul Strand, Álvarez Bravo construyó los lenguajes visuales de toda una generación. “Con sus fotografías creo frases visuales e iconográficas constantes que se fueron depurando a través de los años, su estilo era distinguible entre muchos otros e incluso legó imágenes que se han arraigado de manera muy poderosa no sólo a México sino al contexto latinoamericano”. Aseguró que como artista, Manuel Álvarez Bravo fue un personaje muy reflexivo y a la vez alguien que estaba al acecho de la imagen que podía surgir en cualquier momento. “No es el fotógrafo de acción, como lo pudiera ser Cartier Bresson, quien perseguía la imagen, sino alguien que se detenía con paciencia para esperar a que la imagen se manifestara ante sus ojos”. Mencionó que después de su estancia en París, en el Museo de Jeu de Paume, uno de los recintos más importantes de esa ciudad especializados en fotografía y cine, se tienen planes para que la muestra sea presentada también en Madrid. Finalmente, la especialista celebró que hoy el legado de Álvarez bravo esté más vivo que nunca entre las nuevas generaciones, que siguen adquiriendo libros sobre su obra, acuden a las exposiciones fotográficas, revisan las páginas de internet en torno a su legado e incluso visten camisetas con algunas de sus imágenes emblemáticas. “En un momento de su vida, André Bretón, el padre del surrealismo, calificó al trabajo de Manuel Álvarez Bravo dentro de esta corriente. Discrepo un poco de esa afirmación porque creo que el surrealismo es una tendencia con otra perspectiva, sin embargo la obra de este fotógrafo capta esas discordancias poéticas, y nuevamente uso términos lingüísticos, del imaginario popular mexicano”. Y agregó: “México está lleno de elementos que para muchas personas pueden resultar surrealistas, pero que no son sino alteraciones de la realidad que tienen un gran eco poético, por ello, si algo caracteriza a la obra de Manuel Álvarez Bravo es esa sensibilidad para captar esa retórica y las metáforas de las imágenes que se encuentran frente a nosotros”.