Oaxaca, México.- Para Gerardo Méndez Pinzón los cuentos son parte del equipaje que siempre le acompañan y mientras narra las historias más inverosímiles, con movimientos, sonidos que imita, diferentes tonos de voz y un gran sentido del humor atrapa la atención de  pequeños y adultos que le escuchan sin dejar de reír.   Verlo y disfrutar de los relatos que el mismo adapta para sus presentaciones,  es pura diversión y un viaje a mundos fantásticos.     La lectura te da la posibilidad de liberarte, de volar, de conocer y conocerte a ti mismo y enfrentarte con otras culturas sin tener que moverte de tu lugar,  comenta para quien contar historias es como tomar hilos de colores y bordar. “El narrador ve el cuento para que el niño vea lo que se cuenta, lo visualiza. El cuento no se actúa, se narra como sale del corazón”, dice.     Como parte de las actividades del programa “Seguimos Leyendo”, impulsado por la Fundación Harp Helú Oaxaca, en el que  inculcar en los pequeños el hábito de la lectura es su principal objetivo, el cuentacuentos colombiano impartió a lectores voluntarios y estudiantes de los diplomados: Una puerta a la lectura y Literatura para primera infancia, el taller Leer para Contar, Contar para leer, durante el cual compartió con los asistentes diferentes técnicas y dinámicas para hacer divertida y efectiva la lectura y narración de textos.     Así también en la Escuela Primaria Niños Héroes de la capital oaxaqueña, Gerardo Méndez presentó  a los alumnos las historias “Hoja de Papel” de Francisco Hinojosa -que trata de un caballo blanco que llegó sin avisar a la vida de un niño de un pequeño pueblo a quien se le acaba de morir poli su gallina mascota-,  y La Mosca Torpe de la serie Bichos de África y otros cuentos.       Ameno y divertido, el director y actor de espectáculos infantiles desde hace más de 27 años, con la magia de la palabra va dando vida a los relatos.     “Soy pionero en la narración de cuentos en América Latina y me dedico a trabajar en ello no como espectáculo, no como en los grandes festivales y teatros,  sino más bien en las comunidades donde hay personas, niños, niñas adultos que necesitan de la lectura como un aliciente, una especie de oasis para canalizar diferentes  situaciones de dolor, pobreza o angustia;  el cuento y la lectura en voz alta nos lleva por otros caminos y nos da otras posibilidades”,  señala.     Leemos, agrega,  como liberación, educación,  relax o conocimiento.  Leer es una posibilidad de libertad muy grande, cuando tú estás leyendo solo tu libro favorito,  estás totalmente aislado del mundo,  conectado con los personajes, con el autor. La lectura con afecto, con cariño, en familia une y de manera individual te da la posibilidad de liberarte, de volar. Sin moverte de tu lugar eres total y absolutamente libre cuando tienes un libro, una lectura o un buen texto en la mano, apunta.       El autor de los libros Juan Juanetes, Toribio y Los misterios de la abuela, considera que hoy los niños han perdido la capacidad de asombro y se han vuelto más visuales que auditivos por lo que contar historias despierta su imaginación y hace que se acerquen de manera divertida y gozosa a la lectura. El narrador es un puente entre el cuento y los niños, es el mediador y acompañante en este viaje fantástico, concluyó.   A través del desarrollo del método de lectura japonés “El Kamishibai y la formación de lectores”, que impartió a los asistentes al taller, Gerardo Méndez ha recorrido ciudades europeas, de España, Alemania, Italia, Francia y Holanda así como lugares del norte, centro y Sudamérica, su labor la desarrolla fundamentalmente en escuelas, ferias del libro, museos, bibliotecas, festivales de lectura y en encuentros nacionales e internacionales, gracias a lo cual ha obtenido diferentes reconocimientos.