Oaxaca, México.- Un tercio de la población mexicana son niños y niñas, comentó Miriam Martínez, coordinadora nacional de Desarrollo Cultural Infantil del Conaculta y moderadora de la mesa La infancia, realizada la mañana de este miércoles 7 de marzo, en el marco del segundo Congreso Internacional la Experiencia Intelectual de las Mujeres en el Siglo XXI. En esta charla participaron mujeres que a lo largo de su trayectoria han trabajado a favor de los infantes como Margarita Zavala, presidenta del Consejo Ciudadano Consultivo del DIF, y Alicia Molina, directora del Fondo Memorial Eduardo Vargas, A. C., ambas de México; además de la española Àngels Simon, gerente de los programas de Cooperación Internacional para la Región de América Latina y el Caribe de la ONG Save the Children en Suecia y Michi Strausfeld, scout de la editorial alemana S. Fischer Verlag en la que se publican a autores latinoamericanos bajo su responsabilidad. Margarita Zavala abordó dos temas cercanos a México que involucran a los niños y niñas en los que se ha trabajado desde el gobierno federal: la migración y el acceso a la justicia. Explicó que desde el 2008, alrededor de 22 mil niños se repatriaron sin compañía de adultos, por lo que fue necesario implementar capacitación especial para oficiales de migración y colocación de módulos con sicólogos y pediatras. "El marco jurídico ha cambiado, hay una ley de migración nueva con un capítulo para niños y niñas migrantes, además de reformas constitucionales que contemplan políticas públicas". En cuanto al acceso a la justicia, agregó que se firmó un acuerdo para apoyar a niños y niñas en escenarios de delincuencia, con el que policías toman cursos de capacitación para ayudar y orientar a los niños que se encuentran en medio de operativos. A través del cuento de un rey y una reina, la editora Michi Strausfeld, quien ha contribuido a publicar cerca de 800 libros de literatura infantil en español, mencionó las diferencias de los libros para niños. Consideró que, de los cinco a los ocho años de edad, lo importante es dar autoconfianza  y estímulo a la lectura con el apoyo de los padres,  mientras que a partir de los ocho años es importante crear fascinación por la lectura, pues el lector aficionado adulto se forma durante esos años. "La realidad es que ante la oferta de los mass media, el libro ocupa un sitio modesto, queda poco tiempo libre para compartir una lectura y resulta más complicado tener una conversación, por lo que el futuro se ve amenazado ante las nuevas tecnologías". Agregó que la literatura infantil requiere de más libros sin moralina, que no se confundan con textos escolares. "Necesitamos ciudadanos responsables para construir un mundo más libre. Los buenos libros ayudan a aprender un comportamiento moral y esto es lo que necesitan los niños y niñas si pensamos que son nuestro futuro". En su intervención, la abogada Àngels Simon explicó que gracias a la Convención de Naciones Unidas realizada en 1989, el niño dejó de ser percibido como objeto de protección para ser sujeto de derechos, lo que representa un momento histórico que implica la revisión de marcos normativos. Sin embargo, consideró que los niños y niñas continúan más vinculados a la escena privada y la familia, aunque hay esfuerzos de situarlos en el ámbito público. "El reto es cómo la norma se puede poner en práctica y que las políticas públicas logren cambios sociales. El hecho de tener aprobada una ley no es garantía de un cambio social, los impactos reales y efectivos van muy vinculados a los cambios sociales". En este sentido, la abogada destacó la labor de la literatura como impulsor de estos cambios sociales. Por su parte, Alicia Molina, quien ha promovido los derechos de los niños y niñas con discapacidad, mencionó que cuando se califica la diferencia viéndola como amenaza es cuando se empieza a excluir. "Hay que revisar los procesos de exclusión para encontrar los mecanismos de inclusión. A partir de la década de los sesenta se maneja que lo normal es lo natural y dejan fuera lo que no entra en esa categoría; tienen como aliados a los medios de difusión, en especial la televisión, que dicta la figura de lo ideal como lo normal. "Los mexicanos que vemos en la tele no están en el metro. Nos dicen que lo normal es ser talla dos y que los niños con discapacidad no existen, más que una vez al año, pero en la cotidianidad no aparecen. Es un cuento de hadas perverso. Hay que visibilizar a estos niños pues se muestran como invisibles".

Dijo que es importante romper los paradigmas que plantean la discapacidad como una tragedia familiar y una limitación funcional. "Para que la inclusión sea real se debe tener la posibilidad de convivir con los otros. Una transformación tiene que ver con aceptar las diferencias como una riqueza". El Congreso  puede seguirse en vivo por el Canal 22 y en www.congresomujeres.com. También en las redes sociales, en Twitter a través de la cuenta @mujeresXXI y en Facebook.