Ciudadania Express
Jueves 06 de diciembre, 2012. 03:42 pm

No participó en disturbios, pero policías “cazaron” a Jessica

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Anayeli García Martínez/CIMAC Oaxaca, México.- A pesar de ser una alumna estudiosa en la carrera de Agroecología en la Universidad Autónoma Chapingo y defender ideales democráticos, Jessica Viviana Reyna Camargo, de 22 años, está encarcelada en Santa Martha Acatitla. Amigos de la joven relatan a Cimacnoticias quién es ella y cómo terminó detenida de forma arbitraria y acusada de disturbios a la paz pública, luego de participar en las protestas del pasado 1 de diciembre en avenida Juárez, en esta capital, en el marco de la toma de protesta de Enrique Peña Nieto a la Presidencia. La mañana de ese sábado Jessica se encontró con compañeros de la UNAM con quienes estuvo durante la movilización en rechazo al retorno del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a Los Pinos. Desde antes de asistir a las protestas contra la candidatura de Peña Nieto, la joven ya participaba en actividades políticas. Como estudiante se integró al Consejo General de Representantes de su universidad Jessica ingresó a Chapingo en 2007, pero por razones personales en 2010 tomó un receso en sus estudios. No obstante, mantuvo presencia en actividades escolares y políticas, tales como la defensa del presupuesto para las universidades. Además en su momento participó en las brigadas de servicios comunitarios organizadas por la comunidad estudiantil de Chapingo, a fin de conformar un grupo de estudiantes para ir a comunidades rurales o indígenas a impartir cursos en diversas áreas. Jessica fue promotora de los cursos que se impartían en comunidades marginadas y donde se enseñaban temas ambientales, manejo del ganado o matemáticas; además fue de las estudiantes que repartía información a estudiantes de secundaria sobre el ingreso a la universidad. Víctor, Osiel y Laura, amigos de Jessica, narran lo sucedido el día que la joven perdió su libertad. Aquel sábado ella estuvo en la protesta como parte de un trabajo de documentación para la revista Molino de Letras, que edita su universidad. Jessica tomaba notas y fotografías y no midió los eventuales riesgos por estar en medio de las y los manifestantes, sostienen sus amigos. Víctor y Osiel la vieron en avenida Juárez. Intercambiaron unas palabras y todos decidieron irse porque las agresiones estaban subiendo de tono, el panorama se puso feo y optaron por alejarse del lugar donde ya imperaba el caos. Jessica estaba con su amiga Laura y ambas vieron cómo algunas personas, que no identificaron, hacían pintas en las paredes, irrumpían en centros comerciales y destruían el inmobiliario público. Ambas jóvenes caminaron buscando alejarse del cerco de granaderos y llegaron a la calle de Bucareli, sin embargo una vez en ese punto se dieron cuenta que no estaban a salvo porque los cuerpos de seguridad estaban saliendo de las calles aledañas. Mientras pensaban hacia donde podían correr vieron que había barricadas de jóvenes que pretendían impedir el paso de la policía para no ser golpeados. Comenzaron a escuchar las voces de alerta: “Ahí está el Estado Mayor (Presidencial)”. Ante el peligro inminente corrieron. Ya estaban en Paseo de la Reforma pero siguieron corriendo. Jessica no pudo ir más rápido y fue detenida por policías. Tras varios gritos Laura distinguió la voz de su amiga, volteó y vio a dos hombres uniformados que replegaron a Jessica contra la pared. Un tercer policía gritó y señaló con la mano hacia Laura: “Allá hay otra”. Ella sólo pensó: “Lo peor que puedes hacer en este momento es una idiotez”. Siguió corriendo hasta llegar con otro amigo a quien le dijo que habían detenido a Jessica. Sabían que no podían hacer nada por ella así que buscaron resguardarse y llegaron a un hotel donde se refugiaron. Algunos policías entraron al hotel que ya había cerrado sus puertas y sacaron a unos jóvenes de forma arbitraria. Según la versión oficial, las personas que cometieron actos vandálicos fueron detenidas en avenida Juárez, pero los amigos de Jessica aseguran que ella fue aprehendida muy cerca de Paseo de la Reforma y otros tantos dentro del hotel donde se refugiaban. Los amigos de la joven no supieron de ella por horas hasta que a uno de ellos le pudo enviar un mensaje vía celular de un número desconocido: “Jessica, Agencia 50” fue lo único que alcanzó a decir para informar que estaba en el Ministerio Público. A ella la detuvieron, cuentan sus amigos, porque aparece corriendo en unos videos de seguridad. “Sí estábamos ahí, sí corrimos pero no hicimos nada”, aclaran y advierten que esta detención como muchas otras son un “asunto político”. En tanto, Jessica permanece encarcelada en San Martha Acatitla acusada de disturbios a la paz pública, pese a que sus amigos afirman que ella no hizo nada y no hay más pruebas en su contra que un video donde aparece su imagen, como la de muchos otros jóvenes.
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