Oaxaca, México.- “En el 2011 tuve el gran placer de dirigir un documental sobre el Programa Nacional Salas de Lectura del Conaculta.
Durante varias semanas, mi equipo de rodaje y yo viajamos por ocho estados del país, conociendo algunas de las más de cuatro mil Salas de Lectura que funcionan en comunidades donde el acceso al libro es limitado”, comparte Paulina del Paso, directora del documental Salas de Lectura. Un cuento a varias voces, producido por la Dirección General de Publicaciones (DGP) del Conaculta, con el apoyo del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) y Pimienta Films.
La cinta muestra el trabajo voluntario de la sociedad civil en favor del libro y la lectura en comunidades de Morelos, Sonora, Michoacán, Baja California, Campeche, Oaxaca, Hidalgo y Sinaloa, aunque el Programa Nacional Salas de Lectura (PNSL) está presente en toda la República Mexicana.
Las Salas de Lectura retratadas en este documental de 36 minutos se localizan en lugares remotos del país: una comunidad escondida en la sierra oaxaqueña; una vieja estación ferroviaria hidalguense; un pueblo de inmigrantes indígenas en el norte del país; una comunidad de hablantes de maya en Campeche; o un pueblo de calles empolvadas en Sonora, donde a veces falta el agua pero no los niños que se reúnen en el patio de una casa para leer.
En el filme, Reyna, lectora en braille de Campeche, comparte su deseo por que el PNSL crezca aún más en todo el país: “Es importante que se sigan abriendo más Salas de Lectura para llegar a los rincones en donde no hay acceso a estos libros, en donde hay gente que no conoce de los libros y de lo maravilloso que esto es. El braille ha sido mi vida durante mucho tiempo porque mis amigos, mi mundo, mi gente fueron los libros. No es lo mismo que lo escuches, a que tú lo vayas leyendo y lo vayas sintiendo”.
“Los libros pueden ser una puerta, una posibilidad, una ventana para que estos niños puedan cambiar su entorno. Y no solamente los niños, los padres y las madres pueden encontrar en los libros una oportunidad de desarrollo, de crecimiento personal”, asegura Magda, mediadora de la Sala de Lectura “Las Minitas”, que se instala en comunidades de escasos recursos en diferentes municipios de Sonora.
“Los mediadores de lectura nos sorprendieron por la dedicación y absoluta entrega a un trabajo voluntario que hacen por el simple placer de compartir. Nos quedó claro que ellos son el corazón de este Programa: sin mediador no hay Sala de Lectura y sin Sala no hay lectores”, asegura la directora Paulina del Paso, quien durante más de 15 años ha recorrido con sus trabajos varios festivales de cine nacionales y extranjeros. Entre sus obras destaca el documental La Guerrera (México, 2009).
En 1996 se creó el Programa Nacional Salas de Lectura (PNSL) con el propósito de integrar comunidades de lectores en sitios donde el acceso al libro es complicado. Actualmente es el modelo más exitoso de promoción de la lectura de la sociedad civil en nuestro país.
Para llevar a cabo este trabajo, la DGP del Conaculta y las instituciones de cultura de los estados ofrecen gratuitamente el Diplomado para la Profesionalización de Mediadores de Lectura, en colaboración con la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), a través del cual se forma a los voluntarios que compartirán libros y conversaciones en sus comunidades. Una vez iniciada la formación, se les entrega un acervo inicial con 100 libros para que puedan abrir su Sala de Lectura.
Actualmente existen alrededor de cuatro mil 500 Salas de Lectura activas en todo el país, dirigidas por mediadores que contagian su pasión por los libros en sus comunidades; hombres y mujeres que con su generosidad y entusiasmo logran que la lectura llegue a todos los rincones del país. El PNSL ha sido reconocido por el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CERLALC) como un programa modelo para la difusión de la lectura en América Latina.
En las Salas abundan lectores de todas las edades y condiciones socioeconómicas y culturales, como lo demuestra este filme que presenta las historias de hombres, mujeres y comunidades a las que el libro les ha cambiado la vida.
“Gracias a los libros han descubierto ventanas a otros mundos, han aprendido a expresarse, a perder el miedo a hablar, a pensar y viajar hacia su interior, a soñar y también a proyectarse hacia el futuro”, asegura Paulina del Paso, a propósito del relato de Karen Ceballos de 12 años, la mediadora más joven del Programa Nacional Salas de Lectura.
La cinta se proyectará este jueves 5 de julio a las 18:00 horas en el Cine Lido del Centro Cultural Bella Época (Tamaulipas 202, esquina Benjamín Hill, colonia Condesa).