Ciudadania Express
Jueves 30 de agosto, 2012. 06:35 pm

PEMEX ineficaz para atender desastres como el derrame en Oaxaca: Greenpeace:

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Redacción Oaxaca, México.- En lo que va el año, Greenpeace México, ha documentado 53 derrames de hidrocarburos en todo el país, entre ellos, el registrado en Salina Cruz Oaxaca, que ha provocado un ecocidio y que demuestra la ineficacia de seguridad de Petróles Mexicanos PEMEX) para atender  emergencias ambientale provocadas por sus plantas. En el informe dado a conocer por esta asociación civil se da cuenta de los múltiples daños ecológicos causados  a los ecosistemas marinos y terrestresen la franja de eplayas localizadas en el Istmo de Tehuantepec donde se ubica la refineris "Antonio Duvalí Jaimes" de PEMEX.
Pemex ha demostrado innumerables veces, su ineficiencia para atender derrames, la prueba más reciente de ello, es el derrame ocurrido el pasado 11 de agosto en lel puerto de Salina Cruz. [caption id="attachment_178596" align="alignright" width="337"] Foto IMAGEN 33[/caption] El vertido de hidrocarburo, debido al hundimiento de la monoboya número tres de la Refinería Antonio Dovalí perteneciente a Petróleos Mexicanos en el Golfo de Tehuantepec, dejó a su paso daños en el ecosistema costero, muerte de especies marinas y sin fuente de trabajo ni alimento a los pescadores de la zona.   El pasado 23 y 24 de agosto, Greenpeace México realizó un recorrido en la zona de hundimiento de la monoboya de Pemex y en las playas cercanas. En Playa Cangrejo, se detectaron manchas aceitosas que impregnaron la playa y contaminaron la laguna del poblado, habían pasado 13 días y el olor característico de la hidrosina continuaba percibiéndose en el ambiente. Los habitantes de la comunidad manifestaron su inconformidad ante representantes de Pemex y reclamaron la tardía respuesta para contener el vertido en el mar y la inexplicable demora en la limpieza y remediación de daños.  
  • En la playa Salinas del Márquez, en un trayecto de 2 km de playa se detectaron 11 cadáveres de tortugas adultas impregnadas de petróleo.
 
  • También en Salinas del Márquez, se detectaron abandonados varios metros de barrera oleofílica impregnados en su totalidad por el producto derramado, éstos sirven para la contención del combustible pero una vez que han cumplido su función se convierten en una fuente contaminante que debe retirarse de inmediato.
 
  • A decir de los lugareños, 12 días después de haber ocurrido el derrame fue cuando Pemex comenzó a colocar barreras oleofílicas en una laguna aledaña a la playa, donde se podía ver el hidrocarburo y la gente ya realizaba sus labores cotidianas de pesca.
 
  • Después de 13 días, Pemex no había controlado el derrame de hidrocarburo proveniente de la monoboya, de la que aún continuaba fluyendo el crudo hacia el Golfo de Tehuantepec.
  Tardíamente, a doce días de ocurrido el percance, la PORFEPA ordenó a Pemex que de forma inmediata impidiera que el hidrocarburo siguiera dispersándose. “El reciente derrame ocurrido en Salina Cruz, Oaxaca, es una muestra inobjetable de la incapacidad de Pemex para atender este tipo de accidentes en aguas someras. Es una muestra más de la negligencia hacia el medio ambiente y de la dilación de instancias como la Profepa para establecer acciones concretas a fin de evitar que este tipo de accidentes ocurran en el país”, concluyó Olivera. En el reciente anuncio del presidente Felipe Calderón sobre el hallazgo de crudo en aguas profundas del Golfo de México -escenario de graves desastres petroleros como el provocado por British Petroleum en el 2010-, el tema de seguridad fue omitido, jamás se mencionaron los riesgos ni la existencia de un plan de contingencia en caso de un fuga de crudo del subsuelo marino.   Petróleos Mexicanos debe explicar la forma en que hará frente a un derrame de crudo si éste llegara a ocurrir. La extracción que realiza Pemex en el pozo Trión-1, en el área de Perdido ubicado en la mencionada cuenca marítima, es considerada no convencional y de alto riesgo.   En las resoluciones de los proyectos para perforar los pozos Trión-1, y Supremus-1, ambos en el Golfo de México, la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) señala severas deficiencias de Pemex para contener derrames y aun así, ha avalado ambos proyectos de perforación. La CNH, el órgano regulador, no había autorizado a la paraestatal mexicana a iniciar actividades en aguas profundas al no contar ésta con las condiciones de seguridad necesarias para operaciones con tirantes de agua mayores a 500 metros de profundidad. Finalmente, el pasado mes de mayo, la Comisión le otorgó el permiso excluyendo los riesgos implicados para la seguridad ambiental y económica de los mexicanos.   “No bastó el hundimiento de la plataforma Deepwater Horizon en el Golfo de México como una lección para que éste tipo catástrofes no vuelvan a ocurrir, tampoco parecen suficientes los 53 derrames ocurridos en el país en lo que va del año, incluidos los más severos registrados en Coatzacoalcos y Salina Cruz. Con la extracción que realiza en el pozo Trión-1, Pemex desdeña la probabilidad de ocasionar una catástrofe ambiental similar”, declaró Beatriz Olivera, coordinadora de la campaña de Energía y Cambio Climático de Greenpeace México.   El pozo Trión-1, cuya perforación fue autorizada por la Sener el pasado 21 de mayo (Oficio RES CI-ORD-2012-090, del 13 de julio de 2012), comenzó a ser perforado el día 17 de junio de 2012 [1] con la asignación petrolera A-081-28. [2] Respecto al aviso de perforación de dicho pozo (RESOLUCIÓN CNH.E.07.001.12), la CNH hizo observaciones y comentarios a la paraestatal. Entre las deficiencias encontradas a Pemex, destacan que la urgencia de desarrollar mayores capacidades para la contención de un derrame de hidrocarburo y recuperación del mismo, también se le requiere la adquisición de equipos y materiales para aumentar sus capacidades de contención y recuperación de crudo en la superficie marina.   Aunado a lo anterior, se señala que Pemex debe desarrollar protocolos específicos en donde se describa, paso a paso, los equipos, materiales y las acciones concretas que se realizarán en caso de que suceda una contingencia o siniestro. La paraestatal tampoco cuenta con protocolos o procedimientos en donde se establezcan criterios de decisiones operativas y coordinación para realizar trabajos simultáneos de perforación de pozos en aguas profundas. Tampoco ha demostrado contar con una metodología para determinar el peor escenario de derrame de hidrocarburos ni procedimiento a seguir, tiempos de respuesta, y recursos necesarios a ser aplicados para controlar el derrame en el pozo. [3]   Asimismo, en materia de coberturas y previsiones financieras, conforme a información enviada por Pemex, del último endoso de la póliza para trabajos en aguas profundas, la CNH señaló una revisión por parte de la aseguradora, entre otros temas, del diseño de los pozos. No obstante, con el objeto de comprobar la capacidad financiera, la CNH solamente solicitó que en caso de modificaciones en los montos o alcances de la cobertura o en los diseños, se le dé aviso. A pesar de las observaciones anteriores, la Comisión, avaló la perforación del pozo. “Dada la trascendencia y los riesgos, Greenpeace exige a Pemex haga públicos los planes de contingencia y respuesta ante derrames de hidrocarburos, así como las pólizas que ha contratado para hacer frente a tales riesgos”, agregó Olivera.   Pemex ha demostrado innumerables veces su ineficiencia para atender derrames y emergencias ambientales, la prueba más reciente de ello es el derrame ocurrido el pasado 11 de agosto en Salina Cruz, Oaxaca.   El vertido de hidrocarburo, debido al hundimiento de la monoboya número tres de la Refinería Antonio Dovalí perteneciente a Petróleos Mexicanos en el Golfo de Tehuantepec, dejó a su paso daños en el ecosistema costero, muerte de especies marinas y sin fuente de trabajo ni alimento a los pescadores de la zona.   El pasado 23 y 24 de agosto, Greenpeace México realizó un recorrido en la zona de hundimiento de la monoboya de Pemex y en las playas cercanas. En Playa Cangrejo, se detectaron manchas aceitosas que impregnaron la playa y contaminaron la laguna del poblado, habían pasado 13 días y el olor característico de la hidrosina continuaba percibiéndose en el ambiente. Los habitantes de la comunidad manifestaron su inconformidad ante representantes de Pemex y reclamaron la tardía respuesta para contener el vertido en el mar y la inexplicable demora en la limpieza y remediación de daños.  
  • En la playa Salinas del Márquez, en un trayecto de 2 km de playa se detectaron 11 cadáveres de tortugas adultas impregnadas de petróleo.
 
  • También en Salinas del Márquez, se detectaron abandonados varios metros de barrera oleofílica impregnados en su totalidad por el producto derramado, éstos sirven para la contención del combustible pero una vez que han cumplido su función se convierten en una fuente contaminante que debe retirarse de inmediato.
 
  • A decir de los lugareños, 12 días después de haber ocurrido el derrame fue cuando Pemex comenzó a colocar barreras oleofílicas en una laguna aledaña a la playa, donde se podía ver el hidrocarburo y la gente ya realizaba sus labores cotidianas de pesca.
 
  • Después de 13 días, Pemex no había controlado el derrame de hidrocarburo proveniente de la monoboya, de la que aún continuaba fluyendo el crudo hacia el Golfo de Tehuantepec.
  Tardíamente, a 12 días de ocurrido el percance, la Profepa ordenó a Pemex que de forma inmediata impidiera que el hidrocarburo siguiera dispersándose. “El reciente derrame ocurrido en Salina Cruz, Oaxaca, es una muestra inobjetable de la incapacidad de Pemex para atender este tipo de accidentes en aguas someras. Es una muestra más de la negligencia hacia el medio ambiente y de la dilación de instancias como la Profepa para establecer acciones concretas a fin de evitar que este tipo de accidentes ocurran en el país”, concluyó Olivera.
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