En el marco del Seminario Nuevas Rutas para el Periodismo Cultural II organizado por el Conaculta a través del Centro Nacional de las Artes (Cenart), y la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), el 19 de abril se realizó la charla ¿Cómo desaparecer completamente? Crónica y periodismo cultural, en la que la periodista argentina, entrevistada por el mexicano Diego Osorno, compartió algunas experiencias y apreciaciones para escribir una crónica.
Durante la charla, la autora señaló que actualmente para escribir crónica existe una tendencia a buscar fenómenos extravagantes o excepcionales. “Vivimos una realidad inverosímil en donde el periodista parece tiene una tendencia a buscar lo raro”.
Enfatizó que “hace falta buscar historias en la parte elegante de la sociedad, en la zona más rica de los poderosos. Faltan crónicas que midan a los ricos […] por lo general estos personajes son abordados por periodistas de investigación y difícilmente son vistos desde una mirada de periodistas narrativos”.
Guerriero confesó que al momento de escribir no cuenta ni realiza un plan de trabajo. “No me siento a escribir si no tengo la primera frase en la cabeza, una idea puede llegar en cualquier momento. Repaso el material y es cuando pienso que un mantra empieza a preguntarse ¿cómo empezar?, pero no me desespero si no tengo un arranque”.
La autora de Las suicidas del fin del mundo señaló que su estilo narrativo es mucho más austero de lo que era hace unos años, con frases más cortas y adjetivos no arbitrario buscando ser amable con el lector a través de una prosa clara que le ayude a decidir a éste si continúa leyendo o no le importa una historia.
La cronista ganadora del premio Nuevo Periodismo CEMEX+FNPI por su trabajo Rastros en los huesos, indicó que la escritura tiene fecha de vencimiento. “Después de cuatro, cinco años uno cambia la manera de escribir. Me da temor pensar que me convierta en periodista de escena, en tener el mismo formato, por ello de vez en cuando se debe buscar no estar cómodo al escribir”, explicó.
En la charla, que formó parte de las actividades del Taller de Periodismo Narrativo para la Información Cultural del Seminario, Guerriero puntualizó que su forma de trabajar es de neurosis obsesiva. “Trabajo mucho, me dedico a cada una de las historias, en general vivo entregada a lo que hago. Para mí no es un trabajo, yo soy la mujer que escribe”, se definió.
Respecto al papel del periodismo cultural, en el Aula Magna José Vasconcelos del Cenart, Guerriero dijo está arrumbado. “Lo que falla cuando hacemos periodismo cultural es que de pronto el periodista se pone el traje serio, no creemos que un grado de materia cultural pueda tener interés a otros textos. No quiero decir que los periodistas culturales sean malos, pero la información cultural la manejan como información de élite que parece sólo interesa a unos pocos.
“Deben buscar la mayor cantidad de lectores, aplicar la técnicas del buen periodismo y contar historias relacionada con la cultura, pues la información cultural no debería ser menos tratada que temas policiales”, puntualizó.