Gladis Torres Ruiz/CIMAC
Oaxaca, México.- Actualmente, los hombres simulan una aceptación del discurso feminista “reelaborando lo que les conviene” para que parezca que defienden la igualdad de género, cuando en la realidad perpetúan la dominación sobre las mujeres, afirmó Miguel Lorente Acosta, delegado del gobierno español para la Violencia de Género.
En entrevista con Cimacnoticias, el funcionario señaló que en el presente los hombres se sienten “amenazados” debido a que las mujeres les están arrebatando el poder, por lo que han reaccionado en algo que denominó como “posmachismo”, que es una actitud para aparentar que ellos han cambiado.
El médico forense Miguel Lorente Acosta precisó que el “posmachismo” es una reacción a la transformación que se está dando a nivel mundial en materia de derechos de las mujeres, pero no es una reacción de ataque directo, “es mucho más intelectual, subliminal y mucho más sofisticada”.
El especialista explicó que muchos hombres adoptan una postura a favor de la igualdad y marcan su distancia con el modelo de convivencia patriarcal, fingiendo así adaptarse “a los tiempos modernos”, sin embargo continúan defendiendo su posición dominante.
Puso como ejemplo el caso de la mutilación genital femenina –que afecta a 45 millones de mujeres al año–, y el cual los “posmachistas” retoman para afirmar que los hombres también la padecen y que hay 10 millones de varones a los que se les ha realizado la circuncisión.
El “posmachismo” juega con el papel de las mujeres y con el discurso feminista, critica a las mujeres afirmando que ya han alcanzado la igualdad y que ahora sólo quieren obtener beneficios extras, critica además que algunas hacen denuncias falsas contra sus parejas.
Es decir, esa nueva actitud machista no critica el discurso de la igualdad, sino que cuestiona asuntos puntuales para deteriorar poco a poco ese mismo discurso.
Lorente Acosta agregó que el debate generado por estas denuncias y críticas que hacen los posmachistas lleva al desgaste, el cual es suficiente como para perpetuar la situación de control sobre las mujeres.
Para el experto, el “posmachismo” es una nueva forma de cuestionar el avance de la igualdad y la incorporación de las mujeres a la vida pública con las mismas oportunidades que los hombres.
El experto en medicina legal y en temas relacionados con la violencia de género señaló que ante el avance de las mujeres los hombres se sienten cuestionados en su masculinidad, ya que en la actualidad el debate de la igualdad ésta centrado en qué significa ser mujer y ser hombre, entendiendo que no hay una sola forma de ser hombre y una sola forma de ser mujer.
Lo que cambia la posición tradicional que coloca a la mujer como cuidadora de hijos, cocinando pegada a su hogar, y el hombre “machito” proveedor de lo material y protector de la mujer. En la actualidad ya no hay una forma de ser hombre, “hay muchas formas de serlo”, aseguró.
Este debate desorienta mucho a los hombres porque ellos siempre se han basado en una identidad que estaba muy definida. El proceso de cambio, que considera que el ser más hombres no es ser más fuertes sino más humanos, confunde a muchos otros que se sienten transgredidos, acotó el delegado español.
Así en la actualidad se utiliza con más frecuencia el cuerpo de la mujer con una connotación claramente sexual en la publicidad, en el cine, en la TV. “Esa cosificación del cuerpo de la mujer incrustada en la modernidad en el fondo juega en la posición tradicional”, abundó.
El especialista señaló que “cuanto más cosificada esté la mujer en la sociedad, más fácilmente será que un maltratador la cosifique para ejercer violencia contra ella y también será más fácil que una mujer entienda que lo que ésta ocurriendo es algo normal, algo que puede pasar en la relación de la pareja”.
Miguel Lorente Acosta apuntó que la reacción en contra de las políticas de igualdad tiene mucho sentido si se toma el lado de quien tiene el poder, ya que en el fondo se cuestionan posiciones de privilegio que tienen muchos hombres en muchas estructuras.
“Hay hombres que ocupan en instituciones la posición más alta, por lo que también llegan a su casa dirigiendo, ordenando, corrigiendo aquello que consideran que hace su mujer para que ella sea una buena esposa o ama de casa, y si hay algo que esté mal o no le gusta lo corrige incluso con violencia”, concluyó.