Guillermo Fernández, hombre de notable humor y aguda inteligencia, enseñó el oficio de la poesía y la traducción casi con el ejemplo, con pocas palabras.
Si se recuerda la presentación de su último libro, Arca: obra reunida, llevada a cabo a mediados del año pasado en Guadalajara, su ciudad natal, donde también recibiera el Premio Juan de Mairena, el poeta comentó, emocionado, a propósito de la ocasión: “Hay algo que me llevo muy dentro: [el cenzontle] estuvo cantando y todo ha sido inolvidable”. Con esas dulces y profundas palabras del poeta, el INBA lo recuerda y le rendirá homenaje.
Guillermo Fernández fue el traductor más importante en México de escritores italianos. Esta labor incansable, por la que se inclinó desde los 45 años, nació desde niño cuando conoció la musicalidad del italiano por el Cántico de las criaturas, de San Francisco de Asís.
Traducir fue como una tabla de salvación, según dijo, pues al no saber qué rumbo tomaría en su vida, ese fue el cauce que le dio y que le hacía falta. Fue así como “bajo este mal necesario”, como le gustaba a Guillermo Fernández llamar a su labor, tradujo por más de treinta años una gran lista de autores como Dino Campana, Umberto Saba y Andrea Zanzotto, así como a los narradores Cesare Pavese, Italo Calvino y Antonio Tabucchi, sólo por mencionar algunos.
Guillermo Fernández (Guadalajara, Jalisco, 2 de octubre de 1932 - Toluca, Estado de México, 30 de marzo de 2012), poeta y traductor, estudió Literatura en la UNAM y Filología toscana antigua en Florencia. Su labor como traductor de literatura italiana fue ampliamente reconocida y valorada. Tradujo a Cesare Pavese, Pier Paolo Passolini, Mario Luzzi, Leonardo Sciascia, Alberto Moravia y Dino Buzatti, entre muchos otros.
Realizó numerosas compilaciones para la colección “Material de lectura” de la UNAM y fue colaborador de Diálogos, El Día, El Heraldo de México, El Nacional, Excélsior, La Palabra y El Hombre, Novedades, Plural, Siempre! y Unomásuno, además de ser distinguido como miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte.
De su obra poética, publicada en numerosas antologías, destacan los títulos: Visitaciones (1964), La palabra a solas (1965), La hora y el sitio (1973), El asidero en la zozobra: antología poética (1983), Bajo llave (1983), El reino de los ojos (1983), Imágenes para una piedad (1991), Exutorio 1964-2003 (2006), La hora y el sitio/Bajo llave (1992), Isabel Estambul Nueva Zelandia: antología (2003), Expósitos (2008) y Arca: poesía reunida (2010). El homenaje póstumo a Guillermo Fernández se realizará este domingo 15 de abril a las 12:00 horas en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. Modera Héctor Orestes Aguilar.