Oaxaca, México.- La Procesión del Silencio en Oaxaca es un recorrido de carácter luctuoso que se realiza por las calles del Centro Histórico desde 1986, y rememorar la peregrinación que las y los seguidores de Jesús hicieron hacia su tumba tras bajarlo de la cruz.
El recorrido se llevará a cabo el seis de abril, e iniciará a las 18 horas en el atrio del templo de la Preciosa Sangre de Cristo, subirá sobre la calle Macedonio Alcalá, dará vuelta en Xólotl, bajará sobre García Vigil, hasta avenida Independencia y subirá Macedonio Alcalá para terminar en el lugar que inició.
Considerando que en esta temporada vacacional, esta tradición católica cautiva a las y los visitantes, la Dirección de Turismo del Municipio de Oaxaca de Juárez, apoya en la logística y difusión.
En tanto que la Policía Vial municipal brindará auxilio vial durante el recorrido.
Historia de la tradición fervorosa
La historia de la Procesión del Silencio en Oaxaca se escribió hace 26 años cuando el párroco de la Sangre de Cristo, Pedro Osorio, así como Doña Ana Bravo Vasconcelos, el maestro José Humberto Palancares y Don Carlos Ocampo Prieto, oaxaqueños entusiastas, decidieron revivir una celebración que hacían los dominicos cientos de años antes para expresar el pésame a la Virgen por la muerte de Jesús.
La Procesión del Silencio, es una caminata, lenta, ordenada, fervorosa, silenciosa, con un respeto poco usual, que va acompañada por los sonidos ancestrales de la chirimía y el tambor, así como de la luz que emana de los faroles ancestrales.
Las calles, con su atmósfera colonial palpable son el escenario sobre el que desfila primero una cruz y los críales; después le siguen los estandartes bordados en plata o en oro, portando relicarios de valiosa antigüedad que los convierte en piezas de museo; siguiéndole van las damas de la Tercera Orden de Santo Domingo que acompañan al Señor de la Columna, hermosísima talla del siglo XVII que se venera precisamente en este templo.
Con vela en mano, las personas se unen a la procesión, una procesión que a cada paso se agranda e incluye a las imágenes religiosas que salen en andas de sus templos o parroquias bellamente adornadas con flores.
En la procesión también participa un hombre con los pies descalzos, encapuchado y cubierto tan solo con un taparrabo, que carga una cruz muy grande y pesada; siguiéndole va la Cofradía de las Siervitas, damas de la Virgen de Dolores, pertenecientes al Templo del Patrocinio, que en riguroso luto acompañan a la Virgen, la cual es cargada por otros penitentes también encapuchados.
La Procesión del Silencio termina con la aparición de veinte enormes lanzas, adornadas cada una de ellas con la corona de las espinas, los tres clavos, la sábana santa, entre otros artículos, que portan otra Cofradía, la cual escolta la hermosa escultura de la Preciosa Sangre de Cristo que se venera en el templo del mismo nombre.