Oaxaca, México.- Resultado de su propia experiencia, Carlos Taibo y Martha Orozco escribieron el Manual básico de producción cinematográfica, el cual fue presentado en la sala Carlos Chávez del Centro Cultural Universitario, con los comentarios de Marina Stavenhagen, titular del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), Henner Hoffman, director del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) y Armando Casas, quien está al frente del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC). Concaulta, a través del Imcine, presentó este libro en el marco del segundo Festival Internacional de Cine UNAM; en su intervención, Marina Stavenhagen dijo que se trata de un trabajo fundamental en el contexto de la producción de cine en México, que es resultado del trabajo en equipo y de la experiencia en este campo de sus autores. “En el Imcine hemos querido crear una imagen del productor que va mucho más allá de la idea de que simplemente es el que paga la película, pues se trata de una pieza fundamental del proceso de creación de una cinta, es un trabajo creativo, para llevar un proyecto a buen puerto. “La visión que proponen Taibo y Orozco del productor es una mucho más dinámica, además el título no debe entenderse como una serie de conceptos inamovibles, al contrario, al ser un manual eso significa que tiene que actualizarse, porque las circunstancias en que se trabaja cambian constantemente”. Henner Hoffman, director del CCC, recordó en su intervención que el libro se presentó hace un año en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara, cuya primera edición se agotó en poco tiempo. “En el CCC desde que lo recibimos, lo hemos cuidado mucho porque es parte muy importante en la carrera de producción, de la que apenas llevamos dos generaciones. Así los alumnos lo usan como libro de texto. Por eso ya va se prepara la tercer reimpresión del mismo, pues no sólo lo buscan los alumnos de las escuelas de cine en el Distrito Federal, sino del resto del país”. Mientras que el director del CUEC, Armando Casas, consideró que el Manual básico de producción cinematográfica es un libro que llena un vacío editorial, “porque desde luego que existen otras publicaciones sobre el tema, pero fueran escritas en Inglaterra, Alemania o en otros países de Europa, y los que han salido en español tienen un lenguaje ajeno al nuestro. “Lo más importante de este trabajo, es que incluye ejemplos tomados del contexto mexicano, habla de los sindicatos nacionales de manera práctica, es el único libro que conozco que aborda el tema de esa manera, y claro, al igual que en el CCC, en el CUEC también es libro de texto, pues le habla al alumno en su propio lenguaje. “Esta reedición tiene un nuevo diseño, que permite a los autores concentrarse en la parte impresa del libro, mientras que los ejemplos de cómo preparar un guión, armar la carpeta para presentar el proyecto y solicitar apoyo, incluso cómo deben hacerse lo llamados durante el rodaje, están incluidos en un CD que lo acompaña”. Casas destacó que el libro posee tres temas fundamentales, uno de ellos se refiere a la comprensión de la figura del director, sus funciones y  definiciones precisas de los roles. El segundo es la preparación del plan de trabajo y el presupuesto y la preparación de estas carpetas. El libro enseña cómo redactarlos, “algo que no estaba escrito en ningún lado y lo hace de un modo muy claro. “El tercero se refiere a las funciones prácticas del productor durante la hechura de la película, la pre producción, el rodaje y la pos producción. Así que eso lo convierte en una verdadera herramienta de trabajo”. Por su parte, Martha Orozco señaló que “en la actualidad el productor ya tiene un rol mucho más importante y creativo, incluso existe una cátedra al respecto, antes era muy difícil saber qué era un productor, nos decían que para eso no se estudiaba, éramos ‘consigue cosas’. Para nosotros es muy importante compartir estos conocimientos”. “Cuando Martha y yo empezamos esta carrera –dijo Carlos Taibo-, este tipo de conocimientos se guardaban celosamente, no se compartían, nosotros decidimos que la ruta correcta es compartir, nos interesa dejar de subirnos a la montaña rusa y comenzar a vender boletos desde otra perspectiva. Nunca dejaremos de ser alumnos, ni de aprender cómo se hace este oficio”.