En esta mesa, moderada por Jesús Heredia, coordinador nacional de Salas de Lectura, participaron Alan Aguilar, capacitador, investigador y formador de Salas de Lectura; Diego Rabasa, colaborador, conductor y jefe de contenidos de los programas televisivos Entre Líneas y Letrero; Leonardo Vázquez, director de arte del Departamento de Diseño de la Dirección General de Publicaciones del Conaculta, y Víctor Chi, narrador oral, promotor cultural comunitario y escritor.
En el marco del encuentro organizado por el Programa Nacional Salas de Lectura de la Dirección General de Publicaciones (DGP) del Conaculta, en colaboración con la Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Colima, Víctor Chi, titular del taller “De la palabra hablada a la escritura. Recopilación de tradición oral y saberes populares”, destacó que la función de este taller fue hacer que los mediadores de lectura aprendieran “a ver con los ojos del corazón”.
“En mi taller elaboramos un proyecto para hacer una antología de poesía y participaron más de 40 personas, corazones, que estaban ahí por su esperanza, fe o sueños. A través de leyendas fui dando cuenta de que todos tenemos una historia que contar, ya sea algo triste, alegre, gozoso, de amor o tragedia y que podemos hacerlo precisamente con la tradición oral.
“Las personas que estuvieron conmigo se dieron cuenta de que ellos tienen un corazón muy grande que puede alegrar a los niños, las mujeres, los hombres o los enfermos mediante sus salas de lecturas, ya que a través de ellas pueden crear algo hermoso que va directamente a la mente y el corazón de las personas”.
Adriana Salto y Leonardo López, quienes impartieron “Hojas, historias y encuadernación: Crea tu propio libro” comentaron que este taller les permitió ver cómo todos tienen una historia que contar y la capacidad de poderse expresar a través de la palabra escrita o por medio de la imagen.
En este sentido, Adriana comentó: “En este espacio hablamos sobre la historia de la tipografía y en grupos de cinco personas hicimos un poco de trabajo colectivo para demostrar que podemos ser como un ejército que puede trabajar junto, encontrarse con los otros y también contigo mismo a través de imágenes o personajes.
“Para cumplir con este objetivo, hicimos un cuaderno y ahí tuvimos un espacio para expresarnos, partiendo de la creación de personajes que son importantes porque de cierta manera se vinculan con nosotros por la edad y sus características”.
Mientras que Leonardo López detalló que este taller les permitió crear una cantidad enorme de personajes variados e interesantes que les dejaron ver que hay un enorme potencial creativo y de escritura en los mediadores.
“Esto lo observamos a través de los libros que cada participante ilustró, ya que vimos que algunos lo hicieron con fotografías, recortes, ilustraciones o simplemente le pusieron letras, lo que demostró que todos somos sensibles”.
Diego Rabasa, titular de “La configuración de colecciones” dijo que su taller buscó ser más de tipo existencial para que permitiera a los mediadores conocer el valor que tiene la industria editorial y también comprender cómo el trabajo que realizan se parece mucho a cualquier tipo de trabajo de edición, en el sentido de que ambos gestionan una colección y la registran.
“Traté de hablar de cómo el tipo de libros que ponemos a disposición de una persona puede hacer la diferencia para que ésta adquiera la lectura en su vida o no lo haga. También vimos cómo era el proceso de la elaboración de un libro desde que el texto pasa por la mente del escritor hasta cuando llega a las manos del director que se encarga de la revisión y hasta del diseño.
“También vimos géneros de colecciones editoriales y cómo una colección debe de construirse partiendo de varios elementos como la perspectiva gráfica del diseño, los alcances y tipo de lectores a los que queremos les llegue la colección y, en este sentido, es responsabilidad del mediador poner a disposición de los lectores que frecuentan su sala el libro adecuado para cada uno de ellos”.
Finalmente Alan Aguilar, que impartió la segunda sesión del taller “Personas y personajes” explicó que se centró en reflexionar acerca de lo que son los personajes literarios, cuáles son sus constantes y cómo formarlos.
“Lo destacado de nuestro taller fue que reconocimos que los personajes de novela o literatura son diferentes en el contexto en el que se crean. Por este motivo, hicimos un ejercicio para identificar las características del personaje que escogimos, que de cierta manera está también en mí, ya que seguramente hay muchos puntos de encuentro entre el personaje y yo mismo.
“De igual manera, buscamos encontrar un gesto en nuestro propio cuerpo que pudiera ser característico del personaje literario que habíamos escogido y lo plasmamos a través de un texto que pusimos dentro de una silueta que le dio vida a nuestro personaje”.