Oaxaca, México.- Es necesario considerar la contabilidad del agua y la evaluación de la huella hídrica como políticas nacionales en todos los países del mundo, señaló la doctora Maite Aldaya, consultora del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP) en el marco del Seminario Internacional Información estadística y geográfica para el mejor manejo del agua en México, que realizó la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) los días 6 y 7 de marzo.
Compartió que estudios realizados por especialistas y organizaciones internacionales señalan que los recursos hídricos serán insuficientes para la demanda de la población mundial en el año 2030.
Frente a ello, mejorar la productividad, la eficiencia, el uso y gestión del agua es un reto y una labor conjunta de todos los sectores que forman una sociedad, subrayó la ecóloga.
Maite Aldaya instó a que la huella hídrica se realice por gobiernos, consumidores, sector privado y organismos internacionales.
Ofreció datos sobre el consumo del agua en el orbe: más de 70 por ciento del consumo del agua se realiza en la agricultura; la industria utiliza un 15 por ciento y entre el 10 y 15 por ciento se dirige al abasto humano.
Dio a conocer la metodología para realizar el análisis de la huella hídrica y consideró un reto perfeccionar esta herramienta de origen reciente (2002), que en su evolución comienza a considerar más factores, variables, indicadores y enfoques para ser más eficiente en la ponderación de los impactos que sufre el recurso hídrico.
Actualmente la huella hídrica considera en su análisis el agua verde (volumen de agua de lluvia que se acumula en suelos), el agua azul (volumen de agua dulce superficial o subterránea) y el agua gris (agua contaminada).
Calcula la eficiencia del uso del agua verde y azul en la producción de bienes y servicios en el mundo, así como la productividad del agua con la relación entre el volumen de beneficio del producto y la cantidad de agua utilizada en su producción.
Uno de los avances más importantes es la contabilidad que se realiza del consumo de agua verde y azul (antes sólo se contabilizaba la producción del agua); este cálculo comenzó a realizarse en el último lustro, el nuevo indicador incluye el uso de agua directo e indirecto de un consumidor o productor.
La consultora dio ejemplos de la huella hídrica de varios productos (promedios globales): la producción de un kilo de trigo utiliza mil litros de agua, lo mismo que un litro de leche: un cerdo requiere cinco mil litros de agua y una ternera 15 mil.
De la huella hídrica en producción de energía renovable se conocen los siguientes gastos: energía eólica 0.00 m3/GJ, termosolar 0.27 m3/GJ, hidráulica 22 m3/GJ y biomasa 70 m3/GJ.
La huella hídrica del consumidor es el total del agua utilizada para la producción de bienes y servicios consumidos, que incluye la utilizada en la cadena de producción y la de suministro.
En Reino Unido alrededor del uno por ciento de la huella hídrica es en el hogar (21 litros al día); el 99 por ciento es invisible y se refiere a productos que compran los consumidores en los supermercados, que se calcula en un gasto de 3,021 litros de agua al día en productos agrícolas y 4,051 litros de agua al día en productos industriales.
La huella hídrica de un país es equivalente al volumen total de agua que se utiliza para producir los bienes y servicios consumidos por los habitantes de una nación, en esta contabilidad es necesario reconocer no sólo el uso y consumo dentro del país, sino también el gasto externo producto de las importaciones.