Oaxaca, México.- La herencia que se observa entre las poblaciones indígenas antes de la conquista puede presumirse como amerindia, pero posterior al siglo XV y XVI, se encuentran alelos (formas alternativas que puede tener un gen) europeos, lo cual puede inferirse como el inicio del proceso de mestizaje, señaló la maestra Ana Itzel Juárez Martín, al impartir las conferencias “La diversidad genética de las poblaciones indígenas mexicanas: una visión desde la antropología”. Dio a conocer los resultados de su investigación realizada con la población otomí del municipio de Ixmiquilpan, ubicado en el Valle del Mezquital, en el estado de Hidalgo, donde trabajó con 42 familias para conocer la variabilidad genética, su relación con otros pueblos indígenas de México y las migraciones de los mismos. Los otomíes han tenido desde siempre y continúan teniendo flujo genético con los mixtecos y nahuas, que además, pertenecen a la misma familia lingüística, Otomangue, sin embargo con pueblos mixes, mazatecos, tarahumaras o mayos no existe ninguna relación genética, “los nahuas y mixes eran muy diferentes genéticamente, no tienen que ver mucho con otros grupos, pero los nahuas se siguen moviendo y tienen menos distancia con otras poblaciones” señaló. Así mismo, según la investigación “estampas de historia y genética en México”, la genética de la población mexicana está constituida por 91 por ciento de descendencia amerindia, el 5.7 por ciento es europeo y el 3 por ciento es africano, esta investigación se hizo usando el método mitocondrial, es decir, analizando el ADN de las mujeres. Aplicando un análisis de cromosomas, es decir, la herencia masculina, se encontró que el 33 por ciento de los genes es americano, el 60 por ciento, europeo, un 5.7 por ciento africano y existe un 2 por ciento de asiático. “En poblaciones como la nuestra, tuvimos un mestizaje básicamente en la que la base amerindia era femenina, pero los conquistadores eran hombres, esa herencia es la que nos refleja el cromosoma Y, nos permite hablar de una herencia colonial, el mitocondrial, nos permite saber de la herencia prehispánica y el sistema HLA (Antígenos Leucocitarios Humanos) nos permite conocer las dos herencias y su historia”, agregó la investigadora. Esta trabajo está apoyada apoyado por el Instituto de Investigaciones Antropológicas y el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias.