Ciudadania Express
Miércoles 05 de diciembre, 2012. 02:40 pm

Revelará Alejandro Echeverría la arquitectura de lo fugitivo

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Fortino TORRENTERA O. Oaxaca, México.- Uno de los fotógrafos oaxaqueños más reconocidos es Alejandro Echeverría, quien la noche de este jueves presentará en el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo la proyección de sus recientes imágenes en “Obra en construcción”. El artista explicó que se trata de una serie de fotografías sobre la restauración del Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO), trabajo desarrollado a los largo de 18 meses.   En este lapso, el fotógrafo realizó más de 15 mil imágenes, por lo que dicho proyecto recibió el apoyo de la convocatoria C*12 de la Secretaria de las Culturas y Artes de Oaxaca para hacer una exposición en la Galería Ethra en la ciudad de Mexico. La muestra fue integrada por 32 fotografías a diferentes formatos e impresos en papel algodón y papel fotográfico que permitió contar con un catalogo, cuyo texto –reproducido a continuación, fue elaborado por Abraham Nahón Este jueves a las 19:00 horas se realizará la proyección de este video con las fotografía que editó Fernando Arce; con una duración de 19 minutos, se proyectan como 200 fotos. La arquitectura de lo fugitivo La imaginería desplegada en las fotografías de Alejandro Echeverría nos devuelve la fascinación por explorar nuevamente nuestra ciudad. Frente a las intransitables megalópolis, las imágenes emergidas de la ciudad de Oaxaca que por largo tiempo ha ido capturando este artista, nos incitan a iniciar una travesía por las calles anónimas y a dejar la falsa ortopedia del automóvil para intentar convertirnos en un flaneûr. Pero no basta con caminar la ciudad. Hay que recobrar la sensibilidad y la imaginación para observar la belleza velada por la cotidianeidad. La mirada inventiva de Echeverría rescata el lenguaje estético impreso en los muros de una ciudad que vacila en las tierras movedizas de la modernidad, pero en sus imágenes también recupera el arte abstracto y matérico de esas obras involuntarias, fruto de sucesivas intervenciones humanas entreveradas con la intemperie y el azar. La participación fotográfica del artista en la restauración y reconstrucción del Centro Cultural Santo Domingo en la ciudad de Oaxaca en 1994, generaría en él una experiencia profunda y una reflexión artística al pasar de un arte urbano resuelto en sus calles, a un proceso más específico de reconfiguración de una de sus más emblemáticas edificaciones. Después de 15 años de un trabajo artístico donde logró afinar su estilo singular, participó en la restauración del Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO) a partir de junio de 2009. Su pasión por fotografiar diversas arquitecturas, se concretaría en este proyecto al llevar a cabo un ejercicio de introspección en su más inasible protagonista: la ciudad. Lo que le permitió concentrarse en las entrañas de otro majestuoso edificio y durante 18 meses registrar en más de quince mil imágenes el proceso de restauración del MACO, y a la vez, sin renunciar a su intuición estética, buscar afanosamente la belleza de lo efímero: la arquitectura de lo fugitivo. Con sus imágenes podemos penetrar detrás de la fachada para atestiguar el laborioso proceso de una obra en construcción. Reflexionar sobre las formas, actividades y trazos donde se expresan los saberes no reconocidos en la historia de estos edificios arquitectónicos –y por ende de las ciudades– que han sido cimentados por un trabajo humano diluido en el tiempo y en el anonimato. Ante la aparente uniformidad y simpleza de los materiales aplicados en la restauración y reconstrucción, sólo una contemplación aguda pudo avizorar su complejidad e integrar sus características compositivas y cromáticas al universo de lo estético. Estos fragmentos de la realidad capturados por la maestría del artista, posibilitan revalorar en los detalles ese hacer creativo de los oficios que avivan la transformación. Las fotografías que se presentan en este catálogo, reflejan una polifonía cromática, enriquecida por relieves y texturas que van trazando formas donde se traslucen los destellos de lo fugaz. Expresiones artísticas que logran sintetizarse en abstracciones o metáforas, como en aquella imagen donde una simple botella de plástico puede revelar la metamorfosis implícita en la edificación, en su naturaleza larval. La fuerza expresiva de estas imágenes está basada en la sencillez de sus componentes. Alejandro Echeverría ha logrado renovar el prestigio de lo aparentemente cotidiano, al transfigurar algunas vigas, residuos de ladrillo o superficies terrosas en inmarcesibles paisajes. Su invención imaginativa alentada por una destreza fotográfica que trabaja en complicidad con la luz y el color, nos permite explorar universos alternos representados como paisajes volcánicos, planetas sombríos o constelaciones fugaces. La intensidad visual de estas fotografías nos acerca a un lenguaje onírico, más que a una narrativa lineal. Como si fueran sueños que adquieren las cualidades de diversas tradiciones pictóricas, fortalecidas por las potencialidades de la fotografía. Visiones que nos ayudan a imaginar las íntimas vinculaciones entre el universo con los fortuitos escenarios de lo cotidiano. La experiencia estética recobra su sentido cuando la mirada es atraída por aquella fotografía que contiene un lenguaje misterioso grabado con incisiones y esbozos. Una especie de pintura rupestre que desde el presente nos conecta con el antiguo afán de preservar las creaciones humanas. En el palimpsesto de nuestra historia, lo efímero de la arquitectura ha encontrado en esta escritura de luz una morada segura. Hasta aquí el texto del catálogo de esta muestra del fotógrafo, Alejandro Echeverría, para mayor información sobre el artista, consultar http://alejandroecheverria.tumblr.com/
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