Oaxaca, México.- Muchas de las estructuras de discriminación y exclusión hacia las mujeres, que persisten hasta nuestros días, están basadas en costumbres, prejuicios, mitos y normas legales que les impiden el reconocimiento y ejercicio de sus derechos.
Así lo señaló la Maestra Hilda Téllez Lino, Directora General Adjunta de Quejas y Reclamaciones del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación durante la conferencia “La violencia familiar como un problema de Derechos Humanos”.
De esta forma la Maestra Téllez dio inicio al foro titulado “Violencia familiar y discriminación en las relaciones familiares” organizado de manera conjunta por la Comisión Nacional de Derechos Humanos y el Instituto de la Mujer Oaxaqueña ante una concurrida asistencia de estudiantes, integrantes de instancias municipales, funcionariado del Poder Judicial de nuestra entidad y de estados como Chiapas y Baja California Sur.
La conferencista también señaló que históricamente las mujeres han sido vistas de modo subordinado, y han sufrido violencia y discriminación. Las desigualdades de género se traducen, dijo Hilda Téllez, en formas de discriminación, lo que a su vez redunda en actos de violencia.
Entre los factores culturales que favorecen la violencia hacia las mujeres se reconocen la definición de los roles sexuales apropiados, las expectativas asignadas a esos roles, la creencia en la superioridad innata de los varones, los sistemas de valores que atribuyen a los varones el derecho de propiedad sobre mujeres y niñas, la concepción de la familia como esfera privada bajo el control del varón y la aceptación de la violencia como medio para resolver conflictos, donde las mujeres son las más vulnerables.
La maestra Téllez también se refirió a las cuestiones económicas que generan desigualdades, discriminación y violencia hacia las mujeres y al interior de las familias. Destaca la dependencia económica de la mujer respecto al varón, restricciones en el acceso al dinero contante y al crédito, leyes discriminatorias en materia de herencia, derecho de propiedad, uso del terreno público, y pago de pensiones alimenticias a divorciadas y viudas, restricciones en el acceso al empleo en los sectores formales e informales y, limitaciones en el acceso de las mujeres a la educación y a la capacitación.
Asimismo se mencionaron las condicionantes de tipo legal que dejan en desventaja a las mujeres como, la inferioridad jurídica de la mujer, leyes en materia de divorcio, cuidado de los hijos, pensiones alimenticias y herencia; definiciones jurídicas de la violación y los abusos domésticos y, bajo nivel de alfabetización jurídica entre las mujeres.
Un segundo proceso de victimización lo tenemos por la falta de tacto en el tratamiento de mujeres y niñas por parte de la policía y del personal judicial, aseguró la Maestra Téllez.
La especialista en el tema habló también de las limitantes de tipo político que generan discriminación, como lo es la representación insuficiente de la mujer en las esferas del poder, la política, los medios de comunicación y en las profesiones médica y jurídica; el trato poco serio de la violencia doméstica; la concepción de la vida familiar como un asunto privado y fuera del alcance del control del Estado y las restricciones en la participación de las mujeres en el sistema político organizado.
Finalmente se dieron a conocer datos sobre los resultados de la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS 2010) de los cuales destacan que los principales problemas de las mujeres son la falta de empleo y/o la economía; que es menor la autonomía de las mujeres adultas y mayor la de mujeres que no hablan una lengua indígena; el trabajo doméstico sigue siendo labor de mujeres y niñas; aún hay mujeres que piden permiso para decidir por quién votar y para usar métodos anticonceptivos; algunas mujeres opinan que el hombre debe ganar más dinero que la mujer y, que persiste la idea de que muchas mujeres son violadas porque provocan a los hombres.
Al concluir su ponencia, la funcionaria del Conapred exhortó a todas y todos ahí presentes a reflexionar en la medida de la discriminación que cada quien ejerce de manera cotidiana y, analizar “lo que debemos hacer para cambiar esas conductas y, en consecuencia avanzar como sociedad y como país, porque, aunque exista el marco legal sobre la discriminación, lo importante es ir modificando estas pequeñas estructuras individuales que están bien amarradas” dijo.