Al hablar de la revolución tecnológica causada por las TIC’s, dijo, no se refiere a simples innovaciones ocurridas en el ámbito de la producción técnica, sino a giros y acomodos profundos, relevantes, surgidos en el ámbito de la producción social y cultural, donde internet ha tenido un lugar privilegiado, decisivo y generador de cambios en el modo en el que nos relacionamos con el otro y con el mundo.
En la mesa que tuvo lugar la tarde de este 17 de mayo en el auditorio de la Biblioteca Vasconcelos, también participaron las investigadoras de la Universidad veracruzana Karla Marrufo y Martha Elena Munguía.
Marrufo reflexionó sobre lo que las TIC’s significan para los estudios literarios y de historiografía literaria. “Asomadas a este universo actual, móvil, tecnológico, que cada día apuesta al conocimiento libre, abierto, construido en colaboración, que desafía cada vez más sus propios límites, sus capacidades, fuerzas, nos emociona pensar o soñar que podríamos emprender la tarea de elaborar una historia hispanoamericana más congruente con la diversidad que ha caracterizado a nuestras letras y culturas”.
Explicaron que, hasta la fecha, las historiografías literarias han tratado de resolver de manera satisfactoria los problemas que plantea a los estudios literarios como los textos prehispánicos, los documentos forenses virreinales, los escritos por la lucha de las independencias americanas, algunas obras redactadas en otros idiomas, una parte de la producción caribeña.
Indicaron que la gran mayoría de los historiadores de la literatura hispanoamericana han optado por dos caminos: fijar el inicio de nuestra literatura en los relatos y testimonios en lengua española producidos después de 1492 y fijar el nacimiento junto a los estados hispanoamericanos. “Las dos posiciones conciben nuestra historia literaria como monolingüe, en español, niega la resonancia de otras lenguas en su seno, ya sean amerindias o europeas.
“El criterio cultural fronterizo con el idiomático descarta obras en español de hispanoamericanos sin experiencia americana, y el criterio literario nos resulta insuficiente en cuanto a la especificidad de la literatura, entonces, ¿cuáles son los parámetros para entender que algo es literario o no? ¿Puede un texto ser más literario que otro? ¿Qué hacemos con documentos que su función primordial era literaria, como los códices o los escritos judiciales de la inquisición? Hasta la fecha, la crítica no ha sabido ponerse de acuerdo sobre cómo proceder con estas obras”, apuntó Marrufo.
Las ponentes explicaron que la tendencia a la digitalización de los acervos y recursos bibliográficos ha sido uno de los fenómenos característicos de los últimos años. “Internet se ha convertido en la mayor y mejor biblioteca universal en continua expansión y actualización. Tenemos a nuestro alcance una cantidad inconcebible de material que se conservará por tiempo indefinido”.
Las ponentes, interesadas en la conservación del texto, agregaron que el temor al exceso de material digitalizado se hace patente: “Nos vemos en la necesidad de clasificar los materiales digitales, si no sufriremos el riesgo de no hallar en internet el material que buscamos”.
Y añadieron: “La digitalización es un paso básico para emprender trabajos de historia literaria, si no tenemos a la mano obras difícilmente podemos cuestionar los cánones establecidos o manifestaciones artísticas”.
Concluyeron que internet garantiza y promueve la conservación del patrimonio cultural. “El conocimiento se construye por todos y es patrimonio de todos”.
El 1er Encuentro de Humanistas Digitales se lleva a cabo los días 17 y 18 de mayo en la Biblioteca Vasconcelos, ubicada en Eje 1 Norte s/n, esq. Aldama, colonia Buenavista.