"He tenido el privilegio de encabezar dos instituciones fundamentales para el idioma, el Fondo de Cultura Económica (FCE) y el Conaculta, teniendo en ambas el reto del desafío de la nueva frontera digital, además de tratar de conectar la memoria con el porvenir”.
Bajo la moderación de José Gordon, participaron también en el Auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología, Diego Bonilla, de Estados Unidos y el escritor Martín Caparrós, de Argentina, en el desarrollo de la mesa titulada “El español en el ciberespacio: nuevas formas de creación”.
Consuelo Sáizar mencionó como ejes del Proyecto Cultural del Siglo XXI Mexicano, la preservación de la palabra, de la imagen y el sonido:
"Estoy convencida de que la digitalización es una forma de democratizar la cultura, pero aún es incipiente la relación entre el autor y el editor en los nuevos medios y este es un aspecto en el que hay que profundizar".
La presidenta del Conaculta mostró al público la investigación de José Pablo Moncayo que tuvo como resultado un paquete con 20 cuadernos que contienen partituras, así como 10 discos, además de la aplicación interactiva que contiene todo el contenido de esta investigación.
"Estamos haciendo un esfuerzo para no quedarnos rezagados hacia otros idiomas, por eso esa falsa dicotomía o la discusión acerca de los formatos ya no debería existir, pues estamos ante un umbral donde ya no se discute sobre si leer en papel o pantalla".
La titular del Conaculta mostró también la aplicación del poema Blanco, de Octavio Paz, quien escribió este poema convencido de que debe haber una nueva realidad para la creación. La aplicación fue enriquecida con un cronograma, facsímiles de la pluma y letra de su autor, partituras y audio de la ópera que se realizó sobre el poema, así como la voz del propio Paz describiendo su proceso creativo, y de poetas como Guillermo Sheridan y Eduardo Lizalde que dan lectura a pasajes del texto.
"Cuando hablé con Marie Jo Paz y le mostré este contenido, ella me dijo que esto era lo que Octavio Paz hubiera querido, pues él nunca estuvo satisfecho con la edición de una dimensión, encargando incluso a Vicente Rojo unos discos que crearan una especie de mantras con las palabras, mismos que han sido incluidos en esta aplicación".
Por su parte, el periodista y escritor Martín Caparrós recordó las ediciones infantiles Robin Hood, con la que crecieron todos los niños argentinos; los llamados Libros Amarillos con los que el autor pasó muchas noches leyendo arropado por su frazada.
"Me reencontré con esos libros cuando hace unos días en un cuarto de hotel conecté un gadget en mi computadora y de pronto el soporte de lectura más contemporáneo se convirtió en un libro, Robin Hood".
Afirmó que el libro electrónico es ya en realidad el estado actual del concepto libro, que fuera de su formato siempre ha sido la escalera de los textos, más allá de la voces de los conservacionistas como Umberto Eco, que afirman que objetos como las cucharas, una vez que se inventan no pueden ser reemplazados por nada mejor.
"Un Kindle es un libro, pero es más que un libro porque en lugar de cargar un cuento puede cargar 20 mil de ellos, su pantalla es pura materia, una que se reescribe todo el tiempo, igual que esas tablillas de arcilla de la antigüedad".
Mencionó que para muchos el texto de un Kindle les parece inmaterial y les produce cierta zozobra, pareciéndoles que en este soporte un texto no tiene la materialidad adecuada.
"Un Kindle me produce la ansiedad de tener al momento muchos futuros a la mano, me encanta querer un libro y conseguirlo ya, de forma instantánea, me gusta que conseguir un libro sea una cuestión de astucia y no de dinero. Si antaño quería prestar un libro tenía que deshacerme de mi libro, en cambio a través de lo digital todo es diferente, a mi me gusta que mis libros puedan ser robados así".
Con respecto a los escritores de libros, dijo que se están viviendo tiempos decisivos pues se anuncia el cambio de todos los esquemas de publicación y lectura. "Sin embargo seguimos usando estos soportes como quien usa el papel, el tema es en realidad qué vamos a hacer con todas las posibilidades de estas herramientas".
Agregó que para él lo importante es seguir haciendo literatura, pero utilizando los recursos de la virtualidad, manteniéndose siempre dentro de los limites de la palabra escrita.
"Las narraciones tal como las conocemos se están acabando, una por su repetición y otra por su inadecuación técnica, estamos ante la próxima muerte del relato sucesivo y lineal, por ello creo que estos cambios técnicos van a reintroducir en muchos escritores ese afán de búsqueda y de vanguardia, intentando ir un poco más allá".
Diego Bonilla desarrolló la presentación “Mas allá del hipertexto”, en la que afirmó que hay todo un mundo por descubrir en la creación de contenidos digitales, poniendo como ejemplo la obra Liber Rotavi, creada en conjunto con Jesús del Toro, y en la que se creó una colaboración sincrónica a distancia.
"Buscamos con este trabajo una experiencia estética explorando temas como la memoria como un proceso de reconstrucción afectado por las emociones, así como analogías entre el funcionar de la computadora y el funcionar del cerebro, a través de una historia de amor y desamor donde un poeta tiene diversos estados de ánimo a lo largo del día".
Explicó que este proyecto termina siendo una narrativa aún cuando muchos de sus sonetos terminan por presentarse fuera de su orden, incluso deconstruyendo las letras de cada texto y separando por la versión diurna, nocturna y crepuscular.
"El lector va a ver un libro que se tiene que construir, teniendo que ensamblar muchos de sus elementos, todo ello acompañado por más de 12 mil viñetas realizadas con videograbaciones, así como música de Haydn, Mahler y Berlioz".
Y agregó: "Creo que la realidad aumentada es el futuro de lo que sigue en el medio del libro electrónico, así como las interfaces cognocitivas, me parece que este medio está despertando procesos colaborativos, lo único que se necesita para enriquecer el mundo del libro electrónico es que los escritores dejen su ego atrás, sin sentir que están perdiendo algo en el proceso de la creación".