Oaxaca, México.- Una apasionada historia sobre un periodo de la lucha revolucionaria, entre 1913 y 1914, a partir del retrato de Leonor Villegas, fundadora de la Cruz Blanca Constitucionalista es lo que ofrece la escritora Mónica Lavín en su más reciente novela,
Las rebeldes.

La publicación, editada por Grijalbo Mondadori y que ya se encuentra a la venta en las librerías, fue presentada la noche de este miércoles 29 de febrero en el Auditorio del Museo Franz Mayer, con el apoyo de INBA/Conaculta y la participación de los escritores Lydia Cacho, Antonio Saborit y Benito Taibo, quienes acompañaron a la autora.
El historiador Antonio Saborit habló sobre su participación en Recovering Project, programa de la Universidad de Houston encargado de recuperar textos y documentos de autores hispanos en el campo de la literatura, la historia y la política y que cuenta con el archivo de Leonor Villegas, al que la escritora Mónica Lavín tuvo acceso como parte del proceso de documentación.
“Leonor Villegas es un personaje excepcional en todos los sentidos, con una idea de la historia muy clara, con un sentido preciso del tiempo. Ella se encargó de dejar un registro gráfico de su trabajo como fundadora de la Cruz Blanca Constitucionalista y como muchas otras personas quedó en el olvido hasta que, gracias a un puñado de historiadores, sus papeles transitaron del ambiente familiar hasta la Universidad de Houston”.
Sin embargo, comentó que en el campo editorial nadie se interesó por publicar algo al respecto y sólo en Estados Unidos se dio a conocer su autobiografía gracias a la labor de Clara Lomas, profesora de literatura en Colorado, por lo que celebró el hecho de que Lavín le dedicara una novela que se distribuye en México.
En una intervención amena y divertida, el escritor Benito Taibo afirmó que sin literatura no hay historia y que en el caso del libro Las rebeldes se conjuntan hechos y sentimientos que permiten que el lector abunde en el conocimiento y la emoción.
Aunque reconoció que no existe literatura de género, sino buena y mala literatura escrita por ambos sexos, consideró que se trata de “una novela histórica llena de mujeres de la que muchos hombres tendrían que aprender”.
La periodista Lydia Cacho destacó que la publicación es una muestra de que nuestro país también está construido por mujeres revolucionarias y estrategas que pensaron en política y decidieron romper con el rol de género socialmente impuesto.
“Es un relato conmovedor que nos recuerda que buena parte de las anécdotas parece que se repiten hoy en día”, y agregó que los clichés que los historiadores han creado alrededor de figuras relevantes de la historia de México se presentan más humanos y sensibles a través de la escritura de Lavín.
Por su parte, Mónica Lavín, escritora perteneciente al Sistema Nacional de Creadores de Arte del Conaculta desde 2003, explicó que el tema eje de la novela es el olvido y esa incapacidad de reconocer la labor de una mujer como Leonor Villegas, pero aclaró que su intención no es reivindicar a las mujeres.
“No creo que sea el papel de la narrativa, que más bien opera como un instrumento óptico, una especie de lupa para que se dé un acercamiento a estos temas”.
A la novela también se suma un segundo personaje femenino, Jenny Page, una periodista empeñada en darle vida a historias no contadas de la propia Revolución, lo que permite acercarse desde otra perspectiva a un periodo convulso en la historia de México.