EL PAÍS
Oaxaca, México.- A menos de 20 kilómetros de la frontera entre México y Guatemala, en el estado de Chiapas, el hallazgo de un cementerio con entre 167 y 174 osamentas ha despertado un misterio en torno al origen de los restos.
De inmigrantes centroamericanos fallecidos recientemente a paisanos de hace 50 años y de ahí a restos humanos precolombinos: las teorías que han surgido desde que el propietario de un rancho aledaño encontrara los esqueletos humanos el pasado viernes en una cueva en las inmediaciones del municipio de San Juan Carrizal han ido empujando hacia atrás su origen en el tiempo.
En rueda de prensa, el director de Servicios Periciales del Instituto Nacional de Antropología e Historia mexicano (INAH), César Enrique Pulido Guillén, señaló que "se han hecho estudios preliminares de estas osamentas y hasta ahorita de lo que se trata es de osamentas prehispánicas, era pues un cementerio prehispánico".
Ha sido gracias a la tonalidad de las estructuras óseas y de las paredes internas de la cueva, además de diversas piezas de barro localizadas en ella, como se ha podido deducir su antigüedad, según ha informado la Procuraduría del estado de Chiapas,
datos que recoge el diario mexicano El Universal. Expertos forenses y antropólogos han descubierto una deformación artificial en los cráneos, una práctica habitual del pueblo maya, que utilizaba tablas para aplanar y alargar los cráneos de los bebés y que vivió en la zona donde se han encontrado los restos hace más de un milenio.
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“Estuvimos en la mañana platicando con algunos arqueólogos del INAH que no precisamente trabajan en la zona pero sí en Tenam Puente y otras áreas arqueológicas y ellos nos platicaron que (las osamentas) tienen las mismas características y el mismo contexto de que las que ellos han localizado y que datan del año 700 al 900 después de Cristo”, ha indicado Pulido Guillén. A pesar de las deformaciones craneales, el responsable de servicios periciales del INAH ha asegurado que “no hay datos de violencia en las osamentas o de tortura. Son santuarios de osamentas muy viejas. Y es característico de la época que los cráneos tengan algunas deformaciones”.
"Las osamentas están siendo analizadas en el servicio médico forense de la Procuraduría estatal, con el apoyo de especialistas en antropología física para determinar con precisión el sexo, edad de cada uno y antigüedad de su muerte", han señalado fuentes de la Procuraduría de Chiapas, que han informado también de que los restos hallados incluyen cráneos completos y fracturados, fémures, tibias, mandíbulas y maxilares.