María ISABEL SALDAÑA/MILENIO
Oaxaca, México.- La tierra de Benito Juárez, Andrés Henestrosa, José Vasconcelos, Porfirio Díaz, Francisco Toledo, Rodolfo Morales y de muchos otros oaxaqueños y mexicanos ilustres me recibe con todo su color, su aroma, su arquitectura y su amable gente.
De la mano de mi guía, el doctor Carlos Sánchez Silva, uno de los más importantes historiadores de Oaxaca, coordinador del libro de Oaxaca - Milenio, me muestra generoso su ciudad: sus templos, iglesias, conventos, plazas, mercados, sus artesanías y su patrimonio intangible: la gastronomía de Oaxaca.
Estuvo presente en mi corazón el maestro Andrés Henestrosa que visitó varias veces a Torreón en compañía de Miguel Ángel Porrúa; con ellos compartí la mesa y conversaciones entrañables. Don Andrés fue el autor de los textos de las fotografías en el libro Imágenes que iluminan la memoria (Porrúa, 2004) derivado del concurso de fotografía del mismo nombre que hicimos en la Ibero.
Un año después este libro tuvo la suerte de una segunda edición gracias al licenciado Eduardo Murra Marcos director y presidente del consejo de Cimaco, (Porrúa, 2005) que tuvo a bien regalar estas “imágenes” a sus clientes dentro del marco del 75 aniversario de esta tienda tan querida por los laguneros.
La ciudad luce limpia, sus edificios y plazas bien cuidados. Se erige orgullosa de su tradición y de su arquitectura; el gran historiador del arte Manuel Toussaint, enamorado de esta tierra, escribió: Oaxaca (Editorial Cvltura, 1926) , el maestro comentaba que las ciudades tienen un color y el de Oaxaca es el verde por la cantera que cubre sus edificios y poéticamente la llamaba de “jade”.
Oaxaca tiene la suerte de contar con personajes de la talla de Francisco Toledo y del matrimonio formado por Alfredo Harp y María Isabel Grañén Porrúa que se han abocado a rescatar edificios y crear nuevos espacios para el desarrollo de artesanías, artes visuales, la industria editorial, bibliotecas, investigación entre otras áreas que impulsan el talento de esa tierra.
En San Pablo ex - covento, hoy Centro Cultural a cargo y restaurado por la Fundación Harp Helú; me regalan el libro Grandes maestros del arte popular de Oaxaca ( Fomento Cultural Banamex, 2011). Lo más importante de un estado es su gente y Oaxaca tiene grandes artesanos que trabajan la cestería y palma, orfebrería, talabartería, textiles, loza vidriada, barro negro, metalistería, madera que dan cuenta de oficios de cientos de años adquiridos desde la época prehispánica y después de la Colonia con técnicas europeas; y cuenta con los grandes pintores oaxaqueños como Francisco Toledo, Rodolfo Nieto, Rubén Leiva, José Villalobos, Sergio Hernández, los que ya nos están con nosotros, pero que se puntura sobrevive, Rufino Tamayo, Rodolfo Morales, todos ellos y muchos otros que por falta de espacio no nombro han dejado un legado cultural para Oaxaca y México. Para conocer una ciudad, una manera es acercarnos es a través de sus mercados y sus productos locales.
Los mercados de Oaxaca están llenos de color, sabor y aroma: café, chocolate, el mejor es el la tienda “El mayordomo” (que lo hacen al gusto del cliente: con almendra, canela o vainilla), mezcal, sus tortillas de maíz: amarilla, azules, negras y su moles: negro, rojo, amarillo, sus quesos, tasajos, chorizos, tamales, sus atoles , sus dulces de papaya verde y de icaco.
Carlos me comenta que la gastronomía de Oaxaca se divide por zonas geografícas, así tenemos la cocina de los valles, de la costa, de la sierra, de Itsmo y me lleva a conocer tres cocinas. Casa Oaxaca donde nos sirven una cazuela de quesillo con chapulines, memelitas, tostadas de maíz azul con tasajo.
El segundo día fuimos al restaurante “La Teca” donde nos sirven queso fresco, platanos lampreados, garnachas, tamal de elote con crema y queso, tamal de Bela Zaa (mole amarillo), mole de camarón, mole de granillo, chile relleno y pure teco. Al otro día fuimos al mercado de Etla a comer rica comida casera. La ciudad de “jade” me invita a regresar, queda mucho por conocer; aun cuando las huelgas de maestros y los intereses políticos de uno u otro partido afecten la tranquilidad de sus habitantes, la ciudad y su gente se mantienen de pie, luchando día a día, por ellos y por el futuro de sus hijos.