Oaxaca, México.- Para cerrar la semana de actividades del segundo Congreso Internacional La Experiencia Intelectual de las Mujeres en el Siglo XXI, conformado por 14 mesas en las que se discutió la labor de economistas, actrices, ambientalistas, pintoras, documentalistas, compositoras musicales, cantantes, entre otras, se dieron las conclusiones del encuentro.
La última mesa, en la que participaron la periodista y crítica literaria Luz Emilia Aguilar Zinser, la historiadora Gabriela Cano y la crítica literaria Sandra Lorenzano, fue moderada por la presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Consuelo Sáizar, quien expresó su agradecimiento a las mujeres que participaron a lo largo de estos días y reconoció la necesidad de realizar este Congreso ante un panorama en el que en pleno siglo XXI aún hay mujeres que apenas estrenan puestos directivos y abren caminos.
“Todo proyecto de nación atraviesa por un proyecto cultural, intentamos pensar así al país y armar el Proyecto Cultural del Siglo XXI Mexicano, tomando la responsabilidad ante la Patria de la Ñ para nutrir de ideas, de pensamiento, de reflexión, de sentimientos sobre este territorio que no es sólo Iberoamérica y que abarca ya Estados Unidos y zonas remotas como Australia, donde hay una población cada vez más grande que habla español”.
Añadió que el primer Congreso celebrado en marzo del 2011 fue un proyecto más intelectual, mientras que esta segunda edición le dio más peso a las emociones.
Gabriela Cano destacó que este congreso estuvo marcado por la diversidad temática de las mesas y orígenes nacionales y generacionales de las 53 participantes.
“Asistimos a una muestra sobresaliente del pensamiento en un mundo que no acaba de apreciar con justicia las contribuciones de las mujeres a la cultura, el arte y la gerencia del mundo.
“El Congreso cumplió el cometido de valorar el arte, lectura, cultura y obra de mujeres. Este Congreso será referencia ineludible de la eclosión creativa de las mujeres de habla hispana”.
Cano hizo un repaso por las mesas de Cantantes, Ambientalistas, Economistas, Cronistas y La infancia, que se caracterizaron por sugerir opiniones distintas y divergentes sobre cada quehacer, que se expresaron en un ambiente de libertad, el cual es requisito indispensable para la experiencia intelectual. Además, subrayó que gracias a los estudios de género sabemos que no existe una identidad única femenina.
Luz Emilia Aguilar Zinser recalcó la labor de mujeres llenas de fuerza y sabiduría y se centró en las mesas de Cantantes, Productoras artísticas y Directoras de museos.
Mencionó que la perspectiva de género estuvo presente en algunas mesas, al igual que los grandes retos en torno a la marginación de la mujer, un fenómeno causado por hombres y mujeres que debe enfrentarse y resolverse.
Explicó que si de verdad queremos un cambio para las mujeres es tiempo de que ellas mismas comiencen por ser incluyentes, autocríticas y que rechacen la idea del mundo en blanco y negro.
“Reconozco que durante siglos no tuvimos vitales espacios y que tiene su lógica conquistarlos y reservarlos, pero la reflexión de los temas que se abordaron en estas mesas, aún en los que fue vital enfocarlos bajo una perspectiva de género, la participación de muchos hombres inteligentes sería enriquecedora”.
Por su parte, Sandra Lorenzano evocó la figura y obra de Rosario Castellanos, Cristina Pacheco e Isabel Allende y aportó datos preocupantes para las mujeres: 70 por ciento de la población mundial que vive en la pobreza son mujeres, quienes encabezan 90 por ciento de las familias monoparentales, además de representar 43 por ciento de la fuerza agrícola y sólo poseer el uno por ciento de las tierras.
Ante la pregunta, ¿qué representa ser mujer en México?, lanzada por Lorenzano en las redes sociales, explicó que surgieron dos palabras: miedo, pero también orgullo.
“Nunca ha habido tantas estudiantes universitarias, mujeres formándose como académicas, profesionales, artistas. Nunca ha habido tantas mujeres trabajando en tan diversos campos, quebrando el techo de cristal todos los días. Ocupamos puestos antes impensables para una mujer y participamos en política, sabemos cuáles son nuestros derechos y tomamos decisiones que van más allá de nuestro cuerpo y nuestra sexualidad. Estamos orgullosas de ser quienes somos”.
El reto, dijo, es hacer del desafío intelectual, creación, compromiso, cuerpo, adrenalina y solidaridad. “El Congreso me deja la certeza de que hemos celebrado el aporte de las mujeres al arte y la sociedad, reflexiones y la alegría de saber que las pensadoras e intérpretes parten de sí mismas, del reconocimiento de su propio cuerpo… Las mujeres estamos tejiendo sueños y utopías”.
La mesa de Conclusiones culminó con la canción de La Bruja, interpretada por Lila Downs.