Gladis TORRES R./CIMAC
Oaxaca, México.- La violencia desatada tras la declaración de guerra de Felipe Calderón al crimen organizado en 2006, hace indispensable –hoy más que nunca– la expansión en todo el país de estancias para proteger a las víctimas de agresiones por parte de sus parejas, urgió la coordinadora de la Red Interamericana de Refugios, Margarita Guillé Tamayo.
En entrevista con Cimacnoticias, la dirigente de la red que aglutina a 17 países del continente, expresó que los refugios son la única opción para garantizar seguridad a las víctimas ante la falta de acceso a la justicia y de un sistema de protección para las mujeres que viven violencia por parte del Estado.
En paralelo, las directoras de los refugios “De Mujer a Mujer” de Ciudad Juárez, y “Centro de Apoyo Opciones Dignas” del estado de Coahuila, Ángela Fierro y Mayela Chávez, respectivamente, advirtieron que la violencia del narcotráfico y de las fuerzas federales disparó el número de mujeres agredidas que deben atender y deja en vulnerabilidad su labor humanitaria.
A lo anterior se suma –dijeron– el faltante de 50 millones de pesos (mdp) aprobados por la Cámara de Diputados para los Centros de Atención Externa de Refugios para Mujeres Víctimas de Violencia (CAER), lo cual pone en riesgo la operación de estas instancias.
En México hay 88 refugios en las 32 entidades federativas, de los cuales 44 pertenecen a la ciudadana Red Nacional de Refugios (RNR), 34 a grupos civiles, 9 al gobierno y uno es mixto. Entre 2010 y 2011 se atendieron a 8 mil 372 personas en 42 refugios, de las cuales 75 por ciento eran niñas y niños.
PROTECCIÓN
“El crimen organizado, la violencia masiva, así como el incremento de armas de fuego que llegan a México por operativos como ‘Rápido y furioso’, han aumentado el nivel de riesgo para las mexicanas, por eso son muy importantes los refugios”, resaltó Margarita Guillé.
La ex coordinadora de la RNR afirmó que si se detuviera a los agresores de mujeres, las órdenes de protección y restricción funcionaran, y existieran una policía especializada y un protocolo nacional de atención para víctimas de violencia, no habría necesidad de los refugios.
“Hoy más que nunca se necesita duplicar la inversión en ellos en materia de protección y seguridad de los mismos, para que se mantengan como lugares secretos y confidenciales, con alarmas y personal de seguridad. Para ello se requiere mucho dinero en lugar de estar disminuyendo los presupuestos”, criticó la activista.
Sobre la “desaparición” de 50 mdp etiquetados por la Comisión de Equidad y Género de la Cámara baja para los CAER –mecanismos de atención inicial para víctimas de violencia intrafamiliar antes de ser canalizadas a los refugios–, Guillé Tamayo apuntó que se requiere una política fiscal que garantice los recursos anuales contra la violencia de género.
Para este año la Cámara de Diputados aprobó 100 mdp para el funcionamiento de refugios para mujeres agredidas y 50 mdp para los CAER, como parte del Anexo 10 “Erogaciones para la igualdad entre mujeres y hombres” del Presupuesto de Egresos de la Federación.
No obstante y sin mayor explicación, la Secretaría de Salud federal (Ss) “desapareció” de su presupuesto los 50 mdp destinados para los CAER, según denunciaron recientemente legisladoras federales y organizaciones civiles.
“Se necesita una política fiscal específica en materia de refugios y sus centros de atención externa, una política integral para no depender de voluntades políticas”, propuso la coordinadora de la Red Interamericana de Refugios.
INSEGURIDAD
Vía telefónica desde Ciudad Juárez, Ángela Fierro, directora del refugio “De Mujer a Mujer”, informó que a diario en ese CAER se atienden 10 mujeres víctimas de violencia, mientras que se brinda alojamiento a 10 familias. “Siempre tenemos casa llena”, sostuvo.
“La ausencia de los 50 mdp nos afectará significativamente en la atención que se brinda en el CAER. Si bien en el refugio se da una atención integral, la labor del CAER es importantísima, ya que si hablamos de 10 mujeres al día atendidas el impacto es mayor”, abundó.
En Juárez, considerada la ciudad más violenta del mundo se ha incrementado el número de mujeres que buscan ayuda y tienen parejas ligadas con el crimen organizado, o también son parejas de policías, precisó Fierro.
La activista destacó que en ese contexto “hemos tenido que hacer cambios rápidos de refugio por nuestra propia seguridad”.
Por su parte, Mayela Chávez, directora del “Centro de Apoyo Opciones Dignas” de Coahuila, refirió que a últimas fechas llegan a ese refugio mujeres ligadas sentimentalmente con hombres que pertenecen a cárteles del narcotráfico. “Lo que hacemos es sacarlas de la entidad inmediatamente por su seguridad y la nuestra”, apuntó.
Al respecto, Margarita Guillé observó que ante la llamada “guerra contra el narcotráfico” se necesitan protocolos e instancias especificas para que las esposas de policías federales, judiciales y locales, o de militares, puedan denunciar agresiones de parte de sus parejas.
“Estos hombres van a sus casas con las armas, las amenazan a ellas y a sus hijas e hijos. El poder de coerción de quien tiene un arma de fuego se potencia por la sola presencia del armamento, mientras el nivel de indefensión de la víctima crece y se multiplica por estar frente a un agresor armado”, indicó.