Copelia MALLÉ
Oaxaca, México.- La Biblioteca Henestrosa, presenta la exposición
Universos de Marta Gullco, la cual será inaugurada el s´bado 12 de mayo a las 19:30 horas.
El crítico de arte, Fernando Gálvez de Aguinaga, ha escrito sobre la obra de Gullco:
Vamos por la vida sin apenas percatarnos de que en todos los objetos del universo transcurre también el tiempo, actúa el deterioro, se modifican las texturas y las consistencias, se deslavan los colores se pueblan de lunares los muros y las cascaras de las frutas y los pétalos de las flores. Vemos cómo envejece un amigo o cómo crecen nuestros hijos y eso sí lo concientizamos, pero poco prestamos atención a las metamorfosis que sufren las casas del barrio, las ropas de los compañeros del trabajo, las frutas en el cesto de la cocina. La poética que desarrolla Mariana Gullco en estas obras, parte de esos universos provocados y sugeridos por la carrera del reloj y su estela de transformación.
En una servilleta surgen nuevos continentes, geografías del accidente cuando el café se derrama en mitad del desayuno o de una conversación con un amigo en la cafetería predilecta. Cuando el líquido es absorbido por el papel, en unos instantes se forma el mapa de un nuevo territorio, pero por lo general, el objeto va a parar a la basura y los amigos se despiden y continúan con su vida cotidiana. Lo que intenta la artista al rescatar estas manchas, estos lunares fortuitos o surgidos de la descomposición de una fruta, es señalar cómo hasta en las cosas aparentemente más nimias se pueden observar los grandes fenómenos de la existencia, el flujo mismo del tiempo está situado en esas cáscaras de cítricos llenas de pecas del deterioro. Pero a la vez, Mariana Gullco aprovecha para señalar la poética subyacente en estos fenómenos de supuesta intrascendencia: hay una estética abstracta y abierta a muy diversas de lecturas en esos manchones.
Cada lunar de cada tortilla, cuenta su historia, nos habla del fuego de cocinas en las que persiste la leña y un olor que ahúma la ropa y la memoria. Para subrayar esos paisajes subjetivos y sugestivos, Mariana borda las formas que quiere destacar, las delimita con una frontera de hilo que en lugar de encerrarlas las libera hacia esa lectura poética. El bordado de Mariana es su dibujo en este caso, y es también su énfasis en la sorpresa por los tesoros ocultos en el devenir cotidiano. Pero dibujar con hilo, bordar, une también el trabajo artístico con una acción cotidiana de las mujeres en el trabajo doméstico, es una forma de identificarse con una actividad milenaria que ha tenido una connotación de género.
Mucha de la trayectoria artística de Mariana se ha desarrollado en este campo de modificar, poetizar, destacar, transgredir los muebles, los objetos y en esta ocasión los alimentos cotidianos. Es una obra que parte del presente íntimo y salta hacia lo imaginario o hacia un mundo que se toca con la sutileza expresiva de los Haikús japoneses, especialmente en esta serie de minucias proyectadas por los hilos y por las ampliaciones fotográficas.
En el aspecto técnico, cabe destacar la afortunada solución de registrar escaneando directamente los objetos y ampliar la imagen para mostrarnos los universos recién descubiertos por las pupilas y la imaginación formal de la creadora. La elección atinada de los papeles de algodón mate para las impresiones, permite que los colores absorban la luz y no la reflejen, dando además una textura propia del papel que ayuda a la poética que se ha venido desarrollando en la apuesta creativa de esta serie.