Arq. Martín Rodríguez LÓPEZ
Oaxaca, México.- Muchos oaxaqueños estamos desilusionados con las formas de actuar del gobierno que encabeza Gabino Cué. Algunos nos preguntamos: ¿será incompetencia, soberbia o torpeza?; algo que nos asombra todavía más es el olvido de tantas promesas hechas. Si mal no recordamos nadie le pidió a Gabino (¿acaso la historia?) que en sus discursos dijera “gobernaré obedeciendo”, “he reunido a los mejores hombres y mujeres”, “será un gobierno democrático y pulcro”.
Sin embargo, después de los primeros meses vemos muchas similitudes con los gobiernos anteriores, con la salvedad de que a éste se le está terminando la credibilidad que generó con las promesas iniciales; un ejemplo a la mano de todos es la oficina de diseño creada a la medida de la mujer de Cajiga (secretario de finanzas), con un presupuesto superior al de la secretaria de cultura, sin resultados hasta el momento y la lista podría agrandarse.
Con el inicio arbitrario de la construcción del distribuidor vial, en la glorieta de Cinco Señores, han quedado evidenciadas irregularidades administrativas, conceptuales, técnicas y éticas, sumadas a la incongruencia y falta de imaginación para resolver los problemas viales de nuestra ciudad colapsada ya por el exceso de vehículos, por el deficiente y mal estado del transporte público, por lo obsoleto de los sistemas de control vehicular, por no caminar o no usar la bicicleta o la moto, por la pésima calidad de de los pavimentos, por la falta de visión a largo plazo, por querer seguir haciendo negocios con los amigos que aportaron dinero para la campaña.

Si el gobernador Gabino prometió concursar las obras, debe cumplir, debe mostrar los proyectos resultantes de los concursos sin simulaciones, ¿no es de elemental congruencia hacer esto?
La prensa local se ha ocupado del tema desde diferentes puntos de vista, una de ellas acusando al maestro Toledo y a otros pintores de meterse en temas que aparentemente no les compete, el que no conoce al maestro no sabrá que es un hombre instruido, viajado, reflexivo que siempre actúa de buena fe buscando el bienestar común.
Al aceptar la propuesta del arquitecto Calach apoyado por Sergio Hernández, el maestro Toledo abre la posibilidad de entender que los oaxaqueños y nuestra ciudad merecemos obras de calidad dentro de un plan general lejos de improvisaciones, esto nos permite entender también que las soluciones que no pasan por un concurso profesional (urbanistas, biólogos, arquitectos, expertos en flujo vehicular y peatonal, etc.), salidas de una administración deficiente siempre serán soluciones incompletas e irregulares que generaran conflictos como el que estamos viviendo.
Sin embargo, podríamos señalarle al maestro Toledo que actúa con cierto grado de ingenuidad al dejarse manipular por Sergio Hernández Martínez que es el personero del gobernador, es gran amigo de Diódoro (Sergio es maestro de dibujo de Diódoro, uno desdibuja la figura y el otro desdibuja a la sociedad, pues siempre vivirá de ella), de Jorge Castillo y de Cajiga, es socio de este gobierno porque lo apoyó con el dinero de la venta de muchos cuadros, que podría ser cuestionable.
Con estos nexos, el maestro Toledo debe darse cuenta de que Sergio está metido en este conflicto, puesto que el mismo arquitecto que le ha construido varias obras, es el que ha hecho la nueva propuesta de intervención urbana para Cinco Señores. El protegido de Hernández muestra mucho talento como arquitecto pero como urbanista no lo conocemos. Lo que evidencia que Hernández está de lado del gobierno y su participación con Toledo es una estrategia personal.
Otra cosa que el maestro Toledo pasa por alto es que Sergio Hernández es experto en mamar y dar de topes y con su habilidad financiera tiene muy claro qué comportamiento le dará mejor resultado.
Volviendo al punto, consideramos que toda obra de gobierno debe de ser consultada con la comunidad, que a final de cuentas es la que paga, no debe ser manipulada, además las obras deben de ser concursadas para evitar todo vestigio de corrupción.
La actitud del maestro Toledo no es la de oponerse al desarrollo de Oaxaca, como algunos señalan, la actitud del maestro se parece más a la de Sócrates ante la sociedad ateniense, que fue la de ponerlos atentos ante las incongruencias de la sociedad y la de sus administradores. De Sócrates seguimos aprendiendo, de los acusadores nada se sabe.