Oaxaca, México.- Enfermedades crónico degenerativas como la diabetes mellitus, hipertensión arterial, obesidad, enfermedades cardiovasculares e inclusive oncológicas, continúan en aumento entre la población oaxaqueña, en gran parte porque se encuentran ligadas a la obesidad y sobrepeso, problemas de salud cada vez es más comunes en la población joven, alertó el área médica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Y es que de acuerdo con estadísticas delegacionales del instituto, un 16.73 por ciento de niños entre los cero a los cuatro años tiene problemas de sobrepeso, mientras que un 28.11 de entre los cinco a nueve años padece obesidad; en los adolescentes con edades de 10 a 19 años la cifra se incrementa al 26.66 por ciento para sobrepeso y 10.76 con obesidad.
El impacto del sobrepeso y la obesidad en niños y jóvenes hacen necesario que los padres de familia presten especial atención en la alimentación de sus hijos, principalmente en el refrigerio escolar ya que para los niños resulta fácil y atractivo consumir alimentos de alto contenido energético como grasas, azúcares simples y sal, explicó la coordinadora delegacional de Nutrición del IMSS, Rocío Guadalupe Espinosa Castro.
La nutrióloga añadió que un desayuno equilibrado contribuye a un reparto más armónico de las calorías a lo largo del día y proporciona, además, una ración de seguridad de muchos nutrientes especialmente importantes en el periodo escolar, época de crecimiento y desarrollo. Aseguró que las personas que no desayunan suelen seguir una dieta de peor calidad, mientras que quienes lo hacen, generalmente tienen una dieta menos grasa y más rica en fibra, vitaminas y minerales.
Espinosa Castro, refirió que algunos de los consejos a tomar en cuenta consisten en planificar la alimentación, tomando en cuenta para el desayuno, comida y cena, insumos de los tres grupos alimenticios: los que proporcionan principalmente proteínas (leguminosas, leche, carne, pescado, huevo y queso); los que proporcionan vitaminas y nutrimentos inorgánicos (frutas y verduras); los que proporcionan energía (cereales y tubérculos, incluyendo las grasas.)
Agregó que una colación (alimento entre el desayuno, comida y cena) debe contener verduras, fruta de temporada, además de un alimento preparado con bajo contenido en grasa, que incluya un cereal de grano entero o integral y agua simple.
La nutrióloga del IMSS recomendó que las frutas deben comerse preferentemente completas y descartar los jugos, pues al exprimirlas y no consumirlas inmediatamente, se pierde gran parte de la vitamina y fibra dietética, incluso advirtió que así se ingiere mayor cantidad de azúcares simples ya que se utiliza más de una porción de fruta. Explicó que la forma más sencilla de conocer una ración de fruta consiste en la cantidad que cabe en el puño de la mano.
En el caso de las verduras, fuente primordial de vitaminas, minerales y fibra, sugirió que forman parte del refrigerio, por lo que es necesario consumir al equivalente de dos manos juntas abiertas, dando importancia a la variedad y el color.
En cuanto al alimento principal ejemplificó que debe elaborarse con algún ingrediente de origen animal, bajo en grasa y un cereal (preferentemente de grano entero o integral). Una torta de aguacate con queso panela y jitomate que incluya rebanadas de calabaza; un sandwich con jamón, queso panela, germinado de alfalfa y espinacas; dos tacos de guisado con un ensalada de verdura y requesón serían otras opciones.
De acuerdo con la especialista en nutrición, el refrigerio escolar hay que llenarlo de colores para asegurar el consumo de diferentes vitaminas y minerales, por ello resaltó la importancia de enseñar a los pequeños a comer toda variedad de frutas, verduras así como preferir el agua simple.