Oaxaca, México.- En la presentación del catálogo de la muestra
José Guadalupe Posada: Transmisor exhibida en el Museo Nacional de Arte (Munal), el caricaturista e investigador Rafael Barajas
El Fisgón debatió con el también especialista Mercurio López Casillas sobre las razones por los que el grabador no firmó algunas de sus obras, así como cuáles fueron sus verdaderas filiaciones políticas.
Rafael Barajas
El Fisgón señaló que el hecho de que Posada publicara en ciertos periódicos caricaturas en favor de Porfirio Díaz y en otras en contra, “no puede ser considerado como un acto de indecisión, pues como todos los seres humanos, cubrir las necesidades básicas es siempre una prioridad, por lo que en muchas ocasiones esto no puede hacerse de manera sencilla.
“Esto es algo que pasa en nuestros días –consideró
El Fisgón– sobre todo en ámbitos como el periodístico, en el cual no siempre es posible hacer las cosas de manera congruente con nuestra filiación política, a lo más, lo que se puede hacer es que simplemente no buscamos publicar nuestro trabajo en un medio con el cual no estamos de acuerdo en su línea editorial. Imagino que pasó lo mismo con Posada, que a la distancia se puede interpretar de varias maneras”.
Mercurio López Casillas respondió que desde su perspectiva, lo interesante el análisis es determinar cuáles fueron los motivos que llevaron a grabador a tomar ciertas decisiones, que luego se vieron reflejadas en su producción, “y que en algunas ocasiones pueden contradecir la opinión que se tenga su obra, pero considero que si tomamos los datos duros, como sugiere Barajas, podemos desarrollar nuestro propio criterio.
“Lo que considero digno de cuestionar son sus filiaciones políticas, pues éstas claramente fueron contradictorias, ya que cada en un momento apoyaba a uno y luego a otro, a Porfirio Díaz lo apoyó en un periódico y en otro lo criticó duramente, es un dato duro; las razones que tuvo para hacer eso pueden ser muchas, encontrarlas y estudiarlas es lo interesante, desde mi perspectiva, es lo que provocan este tipo de ediciones y de exposiciones”.
El Fisgón expuso que “Posada fue porfirista toda su vida, es cierto; también que no fue un artesano pobre y revolucionario, sino que con sus grabados retrató al pueblo pobre que sí hizo la Revolución, son cosas distintas, perspectivas que se deben tomar en cuenta para profundizar en el conocimiento y compresión de este artesano, que además se hizo gracias a que participó en talleres con maestros muy importantes, pues él nunca tuvo acceso a la universidad”.
El catálogo, publicado a propósito de la exposición homónima que se abrió como parte de las actividades por el centenario luctuoso de José Guadalupe Posada, incluye una serie de ensayos sobre los trabajos creativos del artista, desde perspectivas como la publicidad, la estampa religiosa, la caricatura política o bien el humorismo gráfico.
La exposición en el Munal reúne 160 piezas pertenecientes a la producción de José Guadalupe Posada y la museografía planteada propone un diálogo temático y estético con la de artistas posteriores.
Adolfo Mantilla, curador del Museo Nacional de Arte, resaltó que desde que surgió la idea de montar la exposición,
José Guadalupe Posada: Transmisor, “tuvimos la intención de hacer algo provocador, para generar reflexiones en torno a la su figura y cuestionamiento que estuvieran fuera de su propio ámbito, es decir, acerca del análisis del contexto en que vivió; buscamos generar este tipo de discusiones.
“A partir de una epistemología moderna es como se genera el proceso de ‘historizar’ la obra de Posada por el impacto que tuvo en su época. La técnica que uso en su taller nos habla de cómo fue evolucionando su propio discurso estético; por tanto, en nuestra época, la reflexión de sus imágenes son la institucionalización de su figura histórica, lo que provoca las discusiones y las interpretaciones contradictorias. Es decir, una revaloración de su obra, lo cual me parece magnífico”, apuntó Adolfo Mantilla.